En foros anteriores ya hemos visto la importancia que un elemento tan cotidiano y hogareño como una simple ventana hacia el mundo exterior tiene como elemento simbólico de la narración. Las ventanas son una "puerta" por la que entran los seres del mundo invisible, o una "puerta" que conecta el mundo real con el mundo de la "fantasía". Lo vimos en El exorcista, donde en la habitación de Regan siempre hay una ventana que siempre está misteriosamente abierta, lo vimos en lo referente a Drácula, donde el abrir o cerrar los ventanales se interpretaba como cerrar o abrir las avenidas del alma ante la amenaza de una presencia demoníaca, con lo cual es menester cerrar siempre las ventanas para protegerse del mal que, de un modo u otro, nos acecha. En la película Hook, por su parte, la ventana por la cual los protagonistas salen para viajar a Nunca Jamás o entran para retornar al hogar cotidiano tiene un sentido simbólico similar a aquellos, pero hay unos matices que conviene destacar.
Los seres humanos tenemos necesidad de relacionarnos con "el otro mundo", debemos conectar con él si queremos trascender o sobrevivir a la corriente del mundo que vemos normalmente. Por ello, Peter Banning, después de un proceso de cambios y transformación espiritual, tiene, respecto a la ventana del cuarto de los niños, una actitud radicalmente diferente a su anterior etapa como adulto materialista y amargado, cuando no podía soportar ver ventanas abiertas. ¡Las ventanas siempre deben estar abiertas!. En la película de Spielberg este elemento, con su correspondiente afirmación, significa la apertura del alma humana al mundo espiritual, dándonos a entender que el mundo de las hadas refuerza de alguna manera la existencia humana al darle mayor plenitud, integridad moral, felicidad en definitiva. Entonces, debemos definir qué es exactamente ese "mundo de las hadas". Es el mundo de lo preternatural, o sea, el mundo angélico, aunque la tradición folclórica occidental ha generado su propio imaginario a partir de las manifestaciones reales procedentes del mundo de los espíritus, ya sean ángeles o demonios. Hoy en día, por ejemplo, a una luz extraña que se mueve en el cielo de forma extraña, o que incluso desciende y visita el hogar y la habitación del testigo de turno, se le llama OVNI, o "un caso de abducción". Son leyendas urbanas, folclores que se actualizan conforme la sociedad cambia, pero el trasfondo es el mismo. En definitiva, no deja de ser cierto que el ser humano necesita conectar con el mundo de los espíritus, pues el mismo Espíritu Santo no es otra cosa que ángeles de Dios guiando la mente del creyente cuando está en conexión con el "otro mundo" por medio de la oración. De ahí procede la integridad moral y todo lo demás, como le sucede a Peter Banning cuando, al final de la narración, entiende por fin que la alegría no podrá encontrarla en sus logros profesionales o en el éxito social, sino en amar a las personas, porque ni siquiera sabía amar a su esposa e hijos.
El país de Nunca Jamás, ubicado en algún lugar de las estrellas ( la tercera a la izquierda...parece una alusión a las "tres marías" de la constelación de Orión ) es una manera de referirse al Trono de Dios en la Jerusalén celestial...o a algún enclave demoníaco ubicado en sus cercanías, porque tanto la película de Spielberg como la obra original de J.M. Barrie se refieren al mundo invisible de los espíritus sin la necesaria distinción entre mundo demoniaco y mundo de los ángeles que sirven a Dios, o lo hacen de forma demasiado licenciosa. Como conclusión, pues, parece que sí, debemos abrir las ventanas del alma para recibir la influencia de los seres celestiales, pero las ventanas siempre deben estar cerradas ante la influencia maligna.
Dice exactamente en la segunda estrella hacia la derecha, no la tercera.
ResponderEliminarEn lo más alto de las estrellas, allí está el lugar de donde emanan todos los sueños paradisiacos, y que ha inspirado a poetas, escritores y soñadores de todas las épocas como J. Barrie.
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