HARÁN DE LOS CEMENTERIOS SUS CATEDRALES Y DE LAS CIUDADES VUESTRAS TUMBAS - Darío Argento y Lamberto Bava, 1985



CINE-FÓRUM LITERARIO PARA EL DESARROLLO DE UNA CULTURA APOCALÍPTICA Y EL ESTUDIO DE LA DEMONOLOGÍA

domingo, 24 de abril de 2022

La herejía de Philip Lamont

 


El papel de Regan MacNeil (Linda Blair) como personificación de la "langosta buena" solo era una parte importante del contenido temático de la película Exorcist II: The heretic. La parte en la que entraremos ahora es la más sutil y enrevesada de la película, la que contiene la mayor carga filosófica y teológica.


1. Sobre los jesuítas 

La historia de la Compañía de Jesús es de las más raras y fascinantes que pueden encontrarse. Todo empezó con las visiones y las experiencias místicas de Ignacio de Loyola en el siglo XVI. Poco a poco fueron agregándose otras personas hasta formar la Compañía de Jesús, en principio una especie de secta o milicia de visionarios y místicos enfrentados a la ortodoxia católica, destinados a vivir recluidos en las cuevas y montañas del norte de España, apartados del mundo y enfrentados a él, pero que finalmente fueron absorbidos por el Vaticano, convirtiéndolos en su principal brazo armado. Y luego, a lo largo de la historia moderna y contemporánea, llegaron a ser una organización de poder universal, con redes de poder e influencia en todo el planeta. Ello ha contribuido a forjar la "leyenda anti-jesuíta", según la cual los jesuitas son adoradores del demonio, y ello está reflejado en esta película en cierto modo. 


2. Merrin y Philip Lamont

El personaje de Philip Lamont se presenta como discípulo de Lancaster Merrin. Sobre la teología de Merrin se dicen cosas muy raras en esta película, y que llamarán poderosamente la atención a los entendidos, y un poco menos al lector profano. Según la teología de Merrin expuesta en la película, el Mal puede vencer a Dios, y es posible que finalmente Satanás triunfe, totalmente en contra de lo establecido en la Palabra de Dios. Por lo que se ve, es la forma en la que Lamont, como su maestro Merrin, cede ante la evidencia de una sociedad sumida en las tinieblas, donde allá donde mires hay maldad. Da la impresión de que son dos teólogos desesperados ante la situación de la humanidad, ello ejerce una presión psicológica sobre ellos y entran en crisis de Fe, negando incluso la autoridad de la Palabra de Dios. Y hay más. En algunos momentos de la película el propio Lamont ( siempre como un reflejo de su propio maestro) parece expresar una cierta admiración o fascinación por el Diablo.

 

3. ¿En qué consiste la herejía?  

Lamont, heredero de Merrin, es sin duda el Hereje al que hace referencia el subtítulo de la película. Pero el tema es definir en qué consiste exactamente la herejía, y ahí está el mayor lío teológico de la película. En primer lugar, la herejía es contra la ortodoxia católica, convirtiendo a Merrin y Lamont en figuras contemporáneas de lo que Ignacio de Loyola y sus primeros seguidores fueron antes de formar parte de la milicia del vaticano. Pensemos... gente con ideas raras, que quieren luchar contra el Mal en el mundo pero al mismo tiempo admiran al Diablo. Mostrar una cierta admiración por el Diablo, aunque no compartan sus objetivos, implica por lo menos utilizar sus métodos. "El mal contra el mal", ya lo vimos en el forum acerca de El exorcista. Es como si, ideológicamente, John Boorman no estuviera ni a favor ni en contra de los jesuítas y sus planteamientos teológicos, lo verdaderamente importante es que deben ayudar y salvar a la "langosta buena".


4.  El secreto de Kokumo

Lamont está obsesionado con averiguar por qué Kokumo, el indígena africano, vence al Mal con el rugido del tigre, y vence al mal disfrazándose de Langosta ( es decir, de demonio del aire ). Esto forma parte del simbolismo utilizado en la película. Es decir, el rugido del tigre y el disfraz de langosta representan atributos satánicos. Kokumo vence al Mal utilizando armas de Satanás. ¿En algún momento Cristo se disfrazó de demonio para vencer a los demonios?. Parece que no, absolutamente. ¿Hay algún rasgo del carácter de Dios y de Cristo que pueda ser semejante al rugido de un tigre?. Aquí habría debate, pues para algunos el Jesús que expulsa a los mercaderes del templo a latigazos es un Jesús agresivo, aunque habría que mirar bien ese episodio en concreto antes de sacar conclusiones precipitadas. Pero bueno, como mucho, cabría decir que hay momentos de la vida en los que es necesario tener un carácter fuerte. Mejor dicho, que la docilidad y mansedumbre habitual en un carácter santo no excluye la firmeza y la asertividad frente a situaciones de injusticia.


5. La advertencia de Kokumo a Lamont 


En esa escena, llena de simbolismo, en la que Lamont entra en una gruta para encontrarse con Kokumo-Langosta aparece la advertencia, por parte de un indígena de las culturas paganas e idólatras, hacia un representante del cristianismo. Lamont no ha confiado en Jesucristo y, tras dejarse llevar sobre las alas de Belcebú, se ha entregado a los métodos de Satanás. Tiene que superar una prueba de Fe y fidelidad, y ser conducido, por un Kokumo secular y profano que habla en términos de ciencia y de sociología, hacia su verdadera misión, misión que tendrá que llevar a cabo a pesar de su pecado.


7. Salvar a la "langosta buena"

Aquí entramos en la recta final de la película, la que desconcierta y la que suele desconectar de ella a todo espectador. Por un lado, Lamont en estado catatónico acompañando a Regan a su antiguo hogar en Washingtong. Es un Lamont poseído por Belcebú. Por otro lado, Sharon tiene su correspondiente estado catatónico, añadiendo más confusión a una trama ya de por sí demasiado densa, y espesa a nivel narrativo. Quedémonos con lo que sucede a partir del momento en que Regan abre la puerta de la habitación y aparece en la cama una versión maligna de sí misma. Lamont entra en la habitación y es tentado por el mal, incitándole a la lascivia y a matar Regan. Por su parte, Regan asume su papel de langosta buena, y el hecho de que Lamont golpee a Regan se convierte en ese contacto físico y mental por el cual Lamont empieza a ser liberado del poder de las alas de Belcebú. Y ahí es cuando Lamont puede utilizar sus atributos satánicos para arrancar el corazón maligno de Regan. Es como si nos dicen que una vez eres consciente del bien, ya puedes utilizar los atributos del maligno de forma legítima, algo que no se corresponde con el Espíritu de santidad.  La película, en definitiva, parece justificar la Herejía de Lamont y Merrin, como dos teólogos que, desesperados ante el avance del Mal en el mundo, llegan a la conclusión de la necesidad de luchar contra el enemigo con las armas del enemigo. 



  

jueves, 14 de abril de 2022

La langosta buena

 



1. Una de las Joyas más feas del cine fantástico

No merece la pena mencionar los aspectos que no funcionan en esta película tan denostada. Consideremos, para empezar, que John Boorman fue uno de esos cineastas visionarios que hacía cine a su manera, aventurándose en temáticas raras, y sin esperar el aplauso del público. Y esta secuela de El exorcista no está planteada para satisfacer a quienes se interesaron por esa impactante mezcla de teología y horror de su predecesora. En The Heretic no hay horror, pero se muestra, leyéndola y apreciándola con calma, como un potentísimo filme teológico, parapsicológico, hipnótico, lisérgico, lleno de imágenes y figuras simbólicas que parecen constituir un pequeño manual de demonología, pero no de esos en los que simplemente te inmiscuyes en los conceptos teóricos, sino que te lleva hacia sentimientos de esperanza en la humanidad, una humanidad que pueda de alguna forma redimirse y vencer al Maligno. Y, en fin, un filme bellísimo en el fondo.


2. La parábola de la "langosta buena"

Las imágenes de la plaga de langostas que acechan a los humanos nos remiten a dos significados distintos pero que van en paralelo: por un lado, son una representación visual de los espíritus del aire, y del demonio Belcebú- Pazuzú, su líder, llamado "señor de las moscas" en segunda de Reyes 1:2 del texto bíblico, aunque aquí en vez de moscas son langostas. En todo caso, se refiere a las huestes demoníacas que se mueven en el espacio de la atmósfera terrestre, y que acechan a los humanos. Pero, por otro lado, son una representación de la humanidad misma, estableciendo ese paralelismo entre los demonios y la civilización humana. La civilización humana puede ser una plaga destructora, especialmente cuando se configura a la manera de una mente colectiva que funciona al unísono y perfectamente homogénea. La película, sin duda, se está refiriendo a los totalitarismos de signo comunista o nacional-socialista, y al incipiente sistema totalitario que se adivina en el mundo capitalista y liberal. Por tanto, cada uno de nosotros, como individuos, formamos parte de esa plaga, y se necesita romper la cadena de influencias para encontrar una dirección nueva, vencer al sistema, y caminar hacia la liberación. Esa "langosta buena" que consigue emanciparse de las masas supondría una metamorfosis de carácter espiritual, muy en la línea de mitos de la new age como los llamados "niños índigo", personas que pueden sanar a los enfermos, dotados de una especial capacidad para sentir empatía, compasión, amor. Se trata en realidad de los discípulos de Cristo, de los Hijos de Dios en el Tiempo del Fin, aunque esta película tiene ese fuerte barniz de new age, y se apoya en la creencia de un Reino de los Cielos materializado en la tierra, pero sin la intervención de Dios en la Historia.

 

3. Resistir el roce maligno de sus alas

Siguiendo con la parábola de la langosta buena, la película expone que la maldad de las personas, el carácter irritable, la vanidad y el orgullo, la agresividad y la destrucción, aparece cuando entra en contacto con otros seres humanos en un determinado sistema de vida, mientras que el individuo conserva la bondad y la pureza. Es cuando formamos parte de un sistema demoníaco, y entramos en relación unos con otros (las alas de las langostas que se tocan y se excitan por ese contacto ) cuando el mal nos posee. Y en este punto surge una cuestión: ¿ acaso debemos defender la vida monástica, o a los ermitaños que se aíslan del mundo, o a esas comunidades religiosas que se establecen en el campo o en las montañas para vivir una vida diferente y apartada del mundo ?. En una de las últimas secuencias de la película se da respuesta a ello: no debemos aislarnos, pero sí debemos ser resistentes frente al Mal. O, como creo que todos estaríamos de acuerdo respecto a lo que nos enseña la Palabra de Dios, estar en el mundo pero sin ser del mundo. Principalmente porque no hay forma de evangelizar en la vida aislada y al margen de la sociedad, pero por otra parte, al estar en un roce constante con las cosas del mundo, nos relacionamos diariamente con una cultura maligna. El tema es ser resistentes y llevarlo todo al terreno de la santidad. 


4. Regan es la paloma de la esperanza

Estaba ya implícito en la película de William Friedkin, pero en esta el énfasis en Regan como la persona pura y casta que viene a aliviar los sufrimientos de la humanidad es más explícito y tiene un recorrido variado. La vemos vestida de blanco, en lo alto de un edificio, acompañada de palomas blancas, sanando a niños, alzando desafiante su brazo contra esas huestes demoniacas del aire, y venciéndolas con la fuerza de su amor. Quizás sea una perfecta forma visual y cinematográfica de representar la rebelión contra el mundo, contra la maligna "atmósfera" cultural que nos gobierna, y atención al subrayado musical de Ennio Morricone; una paloma blanca y frágil puede esconder la mayor fuerza espiritual.


5. Philip Lamont, la Regan buena, y la Regan mala 

 El jesuíta interpretado por Richard Burton, emulando el sacrificio final de Damien Karras en su predecesora, es quien recibe toda la influencia maligna de las alas de Belcebú para llevar a cabo una determinada misión redentora. Él personifica, en el tramo final de la película, los atributos y caracteres del mal que serán utilizados para destruir el maligno corazón de Regan, esa infección por contacto con el pecado. Lo interesante es que esa estrategia la aprende de Kokumo, el indígena africano que vence al mal con el rugido del tigre o disfrazándose de langosta. Ahí hay un simbolismo poco desarrollado en la película pero que nos dice algo mucho más interesante y controvertido. Quizás en otra ocasión...


6. El bien atrae al mal

Satanás ataca principalmente a aquellas personas que pueden tener un gran potencial para aliviar el sufrimiento de otras personas, y que pueden ser esa luz que el mundo necesita. Esa es la idea central de la película, idea que además se extiende a la frecuente afirmación de que es dentro de las Iglesias, de las congregaciones donde acuden muchas personas con la intención de ayudar, creer, crecer y compartir la fe donde el Enemigo más siembra la discordia, el odio y la confusión. 

lunes, 4 de abril de 2022

La Bestia está en la realidad social

 


En primer lugar, esta famosa película de Alex de la Iglesia quiere ser ante todo una sátira de la sociedad contemporánea y, aunque lo lleva al terreno de la teología y la demonología, no resulta fácil utilizar sus imágenes y sus varios conceptos para exponer algunos aspectos sobre el sistema de la Bestia en el que todos vivimos. A pesar de ello no deja de ser cierto que nos habla sobre esta sociedad satánica y sobre la presencia del mal en el mundo pero, a semejanza del Quijote de Cervantes, lo hace utilizando el humor y la parodia. 


Manifiesto satánico  

Así es, parece que el verdadero sentido de esta película es el de ser un manifiesto satánico, es decir, mostrar que la sociedad de consumo es mala porque está gobernada por el Maligno. El Mal son las personas pero, al mismo tiempo, las personas que hacen el Mal ( los dirigentes del márketing y las grandes corporaciones, o los extremistas que asesinan o maltratan a los inmigrantes en la calle ) están bajo influencia demoníaca y apartadas de la gracia divina de Cristo. La película pone el foco completamente en la presencia y poder de Satanás en el mundo, y nos invita a creer o pensar que Satanás y sus demonios están detrás del mal que vemos cada día, en lo más cotidiano o en la violencia extrema.


El cura, el metalero y el mago 



Tenemos aquí a tres personajes histriónicos y paródicos, pero fijémonos en todo el trasfondo. Cada uno de los tres representa a tres ámbitos del conocimiento y la cultura que, todavía en este siglo secular y nihilista, de un modo más o menos implícito o explícito defienden la creencia en el Diablo y, por ende, la creencia en una guerra espiritual de Cristo contra Satanás. La cultura del heavy-metal le ha dado voz y características al maligno y a las oscuridades que se manifiestan en este mundo, y esa es la función del metalero ( en versión Carabanchel ) interpretado por Santiago Segura, acompañando a un religioso católico que aglutina muchos de los folclores que al respecto suele manifestar la cultura católica. Por último, un "mago-parapsicólogo" que personifica a todo el mercadillo de lo paranormal y sus fraudes, pero que en este caso terminará formando parte de la quijotesca lucha contra el mal. Duele decirlo, pero estos tres payasos vienen a representar, al fin y al cabo, la imagen que la sociedad tiene del creyente cristiano verdaderamente sincero y que lleva las enseñanzas bíblicas a sus máximas consecuencias. Hay que ser un absoluto colgao y tener nulo sentido del ridículo como para, en pleno siglo XXI, hablar sobre las luchas contra el Diablo. Cervantes fue un gran profeta...


Huid de las ciudades

Las grandes ciudades siempre fueron y son el lugar que concentra la maldad de la gran Babilonia global. La suciedad, la delincuencia, la prostitución, el mercadeo y los comercios, los medios de comunicación, los centros de la política y la alta finanza. Toda la maldad en el Madrid de los años noventa, toda una representación del impacto que recibimos día a día proviniente de sus efluvios, incluso para quienes hayan tomado la acertada decisión de vivir en zonas rurales o en pequeñas ciudades. 


Estamos viviendo en el día de la Bestia

El día de la Bestia es ahora mismo, en cada día. La película menciona el advenimiento del anticristo, y lo hace de una forma que, efectivamente, nos sitúa ante la idea de que allí donde alguien, en cualquier rincón o lugar oscuro de una ciudad o del mundo, hace el mal, está personificando al antiCristo. Y la película además acierta al poner a fascistas xenófobos en primer plano, pues efectivamente el anticristo del Fin de los tiempos será algo así como un gobierno "fascista" mundial. Y esto es lo que cualquier lector de este sitio debería recordar por el resto de sus días, a modo de advertencia: será una gobernanza global fundamentada en la unión entre Iglesia y Estado. Si vamos al Apocalipsis de Juan veremos que lo que la Palabra de Dios describe para los últimos días es una persecución religiosa en la cual el gobierno del anticristo manda matar a todos los desobedientes. Todos aquellos que, por conveniencia o por convicción, apoyen al sistema de la Bestia ( eso es realmente la Bestia, un sistema político-religioso ) perecerán en el fuego destructor de la Ira divina que aparecerá sobre el mundo en el día final. Aquellos que matan, persiguen, acosan, imponen por la fuerza las ideas o los gobiernos, son los que están en el lado malo. Visto así, no parece tan difícil conservar la integridad moral y espiritual, pero los totalitarismos del siglo XX, y los recientes acontecimientos a cuento de la pandemia, evidencian que el ser humano puede cometer atrocidades en nombre de la patria, la moral, la verdad, Dios, la salud, la seguridad, la paz, la ciencia, la economía, la comunidad o el colectivo. Estamos pendientes de un hilo, y solo el espíritu abnegado, humilde y servidor de Cristo puede salvarnos. En Él no hay espejismo ni error posible.


Esos olvidados

El epílogo de la película encierra un mensaje muy especial. Hay personas que, por su Fe y fidelidad a la verdad, salvan el mundo todos los días, aunque a nadie le importe ni se de cuenta. No son médicos, abogados, enfermeros, políticos, monjas, activistas ni miembros de una ONG. Son los desheredados, los solitarios, los vagabundos, los despreciados por el mundo simplemente por proclamar la verdad. Es imposible seguir a Cristo y ser persona de buena reputación. Sin embargo, si nuestras ciudades todavía siguen en pie y no han sido consumidas por la Ira divina es por la oración que cada día estas almas humildes y sinceras elevan a Dios pidiendo misericordia para el mundo.