HARÁN DE LOS CEMENTERIOS SUS CATEDRALES Y DE LAS CIUDADES VUESTRAS TUMBAS - Darío Argento y Lamberto Bava, 1985



CINE-FÓRUM LITERARIO PARA EL DESARROLLO DE UNA CULTURA APOCALÍPTICA Y EL ESTUDIO DE LA DEMONOLOGÍA

domingo, 28 de febrero de 2021

Bajo la superficie

                         

Demons encierra toda una cultura acerca de la presencia del Mal en el mundo, incluso, visto lo visto, alude implícitamente a la presencia de la justicia divina en la sociedad humana. Por otro lado, en palabras del propio Lamberto Bava, nosotros somos los demonios. En su origen, la película aparentemente no buscaba otra cosa que dar entretenimiento, pero ya entonces se podía intuir que había algo más, y en relación a ello os propongo otra lectura, titulada Gore, glam metal and satanic satire in Lamberto Bava´s demons, que la contextualiza desde las relaciones existentes entre sociedad, cultura y entretenimientos audiovisuales. Pero vayamos al terreno estrictamente demonológico. La película habla de cómo, cada uno de nosotros, podemos convertirnos en instrumentos del Mal. Acerca de esto, fijémonos en ciertos elementos que funcionan a manera de símbolo: el muñeco, vestido a la manera de guerrero y montado sobre una motocicleta, que sujeta una espada con la mano derecha y la máscara del demonio con la mano izquierda. La espada y la imagen demoníaca son los elementos fundamentales, así como la línea diagonal que las une. Una diagonal que nos recuerda a otra imagen, muy conocida en el mundo católico y romano, y símbolo de la victoria del Bien sobre el Mal, reconocido por la mayoría de las iglesias cristianas: 



La Espada de Miguel-Cristo es la que vence al Mal. Fijémonos cómo la caracterización del arcángel responde a los atributos de belleza asociados al guerrero ario, una mera convención estética que representa al guerrero espiritual. La espada sostenida por el muñeco es la que puede vencer a la máscara demoníaca que tiene el poder de convertirnos en instrumentos del Mal. En este punto, pues, es donde aparece el rubio de la katana, quien protagoniza la secuencia más extravagante y famosa de la película, y que además encierra todo el significado simbólico de la narración; sólo cuando el guerrero rubio ha aprendido a manejar la espada para luchar y vencer a los demonios es cuando aparece el helicóptero que ( en otro momento glorioso de la película ) revienta el techo de la sala de cine y les da la esperanza de salir al exterior y salvarse. Y por eso mismo, sólo el que maneja y posee la Espada es el que se salva al final de la función. Por muy estridente que suene el heavy-metal en esta película, y a pesar de los excesos de hemoglobina, no podemos dejar de reconocer su carácter religioso e iniciático, hasta cierto punto. Con lo cual, desde hoy, y si no estaba ya bastante claro, pasa a ser definitivamente la película de cabecera de este cinefórum.

                              


martes, 23 de febrero de 2021

Cine-forum sobre The Shining (en preparación)

 


Si Dios quiere, próximamente tendremos las impresiones o análisis de la película de Stanley Kubrick desde una perspectiva demonológica. Como aperitivo: Jack Torrance no es un ser humano. Intentaré, en consecuencia, minimizar el análisis psicológico del personaje, para ir al meollo del asunto. Hay un buzón abierto por si alguien deseara participar y enviar su visión al respecto. Sin prisa y todo a su tiempo. Que Dios nos guarde del Mal.  

domingo, 21 de febrero de 2021

Un código moral implícito

 


  "Uno no se ilumina imaginando figuras de luz, sino siendo consciente de la oscuridad" - Carl G Jung

Consciente o inconscientemente, los guionistas de Dèmoni introdujeron aspectos de moralidad en la acción y el desarrollo de la película, lo cual intensifica ese efecto de conciencia del mal del que hemos hablado en la entrada anterior. Si nos fijamos bien, comprobaremos cómo los ataques y la destrucción tanto del alma como del cuerpo humano llevada a cabo por los demonios responde a una forma de representar un castigo a la mala conducta y a los estilos de vida hedonistas, aunque, como ya vimos, en la conclusión final no deja prácticamente títere sin cabeza ( y luego veremos cómo el único que se salva es el que consigue manejar la espada o katana ). Para ello es menester considerar los distintos perfiles del grupo de personajes que entran en el cine Metropól. Hay un grupo minoritario compuesto por prostitutas, un proxeneta de raza negra, la mujer libidinosa que acompaña al ciego, el hombre solitario que seduce y viola la intimidad de la mujer del ciego, y un hombre maduro de expresión amarga y lenguaje grosero. Empezando por la prostituta que en una manifestación explícita de atracción hacia el Mal es la primera en ponerse la máscara y recibir la infección del pecado, cada uno de ellos son los primeros en ser poseídos por los demonios, y protagonizan la primera parte de la acción de la película, mientras que el resto de personajes, de un perfil más moderado ( correspondiente a lo que diriamos que es gente "normal" y decente ), sobreviven y protagonizan la segunda parte de la acción de supervivencia. Entre todo ello, aparecen el grupito de drogatas que han robado un coche, y que se cuelan en el interior del cine para huir de la policia, quienes pronto también son poseídos por los demonios, a la vez que son quienes dejan la puerta abierta para que la infección salga de la sala de cine y llegue al resto de la ciudad. Todo esto sigue unas determinadas reglas implícitas referentes a cómo las personas más alejadas de Cristo y más proclives al Mal son más rápida y fácilmente dominadas por los espíritus malignos, mientras que el grupo de Sharon y el resto de personas más "normales" consiguen resistir durante un tiempo más. Si Sharon es la corderita principal de la película, el personaje que encarna la humildad y la castidad, debemos fijarnos en otro personaje análogo, la otra corderita llamada Anie, una adolescente acompañada de su novio, también dotada de modestia y carácter humilde, pero más cercana a la lujuria, comparada con Sharon. Sin embargo, aunque Anie es castigada y poseída antes que Sharon - siguiendo ese código moral implícito en la narración - sobrevive durante un tiempo, a pesar de haber recibido una buena dosis de sangre y vísceras infectadas procedente de un endemoniado que es arrojado desde la tribuna de la sala de cine, cayendo justamente sobre Anie. En resumidas cuentas, los personajes de carácter casto y humilde están dotados de una mayor protección y son más resistentes ante la invasión demoníaca. Sharon es la última en caer, y sólo sobrevive el hombre rubio de la Katana, tras protagonizar otra secuencia de carácter simbólico que prácticamente lo eleva a la categoría de héroe ario y que nos recuerda gratamente a otra secuencia de Conan the Barbarian; aquella en la cual, tras vencer a los demonios con la espada, Sharon casi se postra ante él en señal de reverencia, indicando un reconocimiento al verdadero héroe y protagonista de la función, provisto de una bondad y autodisciplina que, hasta ese punto del relato, lucían de forma muy disimulada. Por eso es el que sobrevive por encima del resto, escapando además con una familia modélica también de tipo ario, con el niño y la niña de cabellos dorados que manejan la escopeta y el revólver.

Si bien este factor ideológico y moral parecía insospechado en una película como Dèmoni, hay que decir también que sirve como lección de demonología práctica, pues nos remite a la experiencia de ciertos profesionales que atestiguan haber trabajado en la liberación espiritual ( o exorcismo, como lo llaman en el ámbito católico). Conforme al análisis anterior, los demonios aprovechan las debilidades y la mala conducta humana como una especie de "grieta" por la que pueden colarse y poseer la mente y el cuerpo humano. Por tanto, no es que los demonios sean necesariamente quienes nos susurran al oído para llevarnos al pecado, sino que nuestra natural disposición al pecado facilita el que un demonio ( mediante lo que algunos suelen llamar influencia demoniaca externa ) ejerza su influencia. Por ejemplo, una persona que haya sufrido determinados traumas o malas experiencias puede desarrollar conductas autodestructivas o sentimientos de envidia u odio que serán alimentados y potenciados por un demonio de la envidia, un demonio del odio, un demonio de la autodestrucción, y así un largo etcétera según el tipo de pecado que esclaviza el alma. La posesión indica - aunque normalmente es una posesión de carácter externo que en nada se asemeja a lo representado en el cine - que cuando nos apartamos del Bien que Cristo puede darnos y somos esclavos de nuestras debilidades, nos convertimos en recipientes idóneos para las huestes de maldad. Qué curioso que finalmente resulte ser una película que trasmite un mensaje la mar de conocido y sencillo: pórtate bien, huye de las drogas, la promiscuidad sexual y la delincuencia, apártate del mal, y tendrás una vida próspera.

Por último, ya que nos hemos referido a la moral implícita en la película, queda la gran pregunta acerca de todo esto: ¿De dónde viene esa moral, introducida en una película del género gore?. ¿Es una moral bíblica, es la de Cristo?. Desde luego es una moral derivada de la Palabra de Dios, conforme a esa conciencia del mal que defendemos como algo valioso, pero imbuida de castigo en el sentido de infligir daño y tortura a los pecadores, y ese NO es el espíritu de Cristo. Todo parece indicar que es la moral de la inquisición, moral jesuítica. Investigar cómo esa forma de moral llegó hasta creadores tan bizarros e independientes como Argento y Bava ya es otro cantar, aunque a algunos les bastaría considerar su nacionalidad italiana y el hecho de ser hijos de Roma. O considerar que todo esto no es más que una increíble cadena de casualidades. Así pues, a nivel macrodemonológico, y ubicados en el ámbito de la realidad social y política más actual e inmediata, donde la violencia se va apoderando de ciertas mentes y colectivos, a nosotros como creyentes no nos cabe duda de que inteligencias no humanas están alimentando los instintos de violencia y nos planteamos qué hacer aparte de condenar este tipo de actos. Cultivar la paz por medio de la actitud, invocar expresamente el poder de Cristo para que envíe a sus ángeles contra las huestes malignas que se apoderan de las mentes humanas es nuestro cometido. Y santificarse, y cerciorarse de que no somos un recipiente idóneo para el Mal.   


    

lunes, 15 de febrero de 2021

Advenimiento (¡Argento y Bava visionarios!)


Volviendo a Dèmoni de Lamberto Bava, película que utiliza los motivos del denominado cine gore para crear lo que en su día consideramos era una ilustración sobre el advenimiento de los demonios a la tierra valiéndose de la estética cyberpunk, muy ochentera por lo demás. Pero si hacemos una rápida visualización de toda la película, veremos que resulta mucho más interesante si la consideramos desde el prisma de la descripción sociológica. Y, en relación con esto, la banda sonora juega un papel muy importante. Esa sociedad urbana aparece musicalizada con heavy-metal y con el pop más estridente de la época, los sonidos propios del satanismo contemporáneo, donde las ciudades concentran todos los modos de vida insanos, las drogas, los ruidos, la suciedad, y la perversión babilónica en general. Fijémonos en las primeras imágenes de la película.

  


Aparece Sharon, la joven protagonista de la película, viajando por la ciudad en metro. Su mirada y la expresión de su rostro reflejan miedo o inquietud ante la gente que la acompaña en el metro. Fijémonos en cómo va vestida, los libros que sujeta en sus manos, la expresión de sus ojos, la modestia y humildad de su carácter. Ella es la antítesis de la gente perversa de la ciudad, la figura inocente en medio de una sociedad demoniaca que aquí aparece representada bajo el estereotipo de la juventud punk-heavy. Seguidamente la estación de metro aparece también como un lugar siniestro y sucio, en el que unos misteriosos pasos parecen perseguir a Sharon. Otro joven punk, semienmascarado e intimidante, le regala una entrada de cine. Un breve paseo por la ciudad, fotografía tenebrista, humo y contaminación, hasta llegar al cine Metropól. El viejo cine parece un híbrido entre el modernismo y la mansión gótica. La amiga de Sharon teme que la película que van a ver sea de terror, a Sharon no le importa, parece un arquetipo de esa figura inocente que, a pesar de toda su bonhomía, todavía no distingue entre el bien y el mal, simplemente quiere disfrutar de la tarde en compañía de alguien. Una vez dentro de la sala de cine, seguimos ante una galería de personajes caracterizados por alguna forma de maldad, vicio o nihilismo. Sólo uno de ellos, un "invidente" acompañado por una atractiva mujer, advierte la presencia de algo que es mejor no tocar o con lo que no se debe jugar. Posteriormente, una mujer negra será la primera en ponerse la máscara, no por casualidad es una mujer con aspecto de prostituta que en ese punto de la narración ya acapara todas las características idóneas para que el Mal comience a colonizar la mente de los humanos. Una colonización que comienza en el interior de un cine hasta infectar a toda la sociedad, donde el fuego, la anarquía y la violencia reina en las calles. Y aquí nos podemos parar, porque todo lo demás, exceptuando algún que otro momento digno de una pesadilla kafkiana, ya es obvio y repetitivo. El mensaje de Argento y Bava, por otra parte, es claro: el advenimiento de los demonios es real, ellos ya están aquí. El caso es que ya vivimos en una sociedad satánica, por mucho que los cineastas hayan querido inspirarse en esa realidad para crear una divertida película de jolgorio punk y hemoglobina. Hay una representación en la pantalla de cine, en formato de película de tema fantástico, que es un reflejo de la realidad social existente al otro lado, la del espectador que mira la pantalla. El ser humano, al vivir ajeno a Dios y a la Ley, ya se ha convertido en un receptáculo idóneo para que inteligencias malignas procedentes de otros mundos tomen el control de su mente y vivamos inmersos en la locura y el caos, donde las grandes ciudades y sus formas de ocio y diversión se han convertido en verdaderos centros del Mal. 

Por último, mucho se escribe o se dice de esta película refiriéndose a cualidades como el ser pieza ejemplar de una forma de hacer cine extinta pero siempre disfrutable y de su deliciosa artesanía pulp. No obstante, en su cualidad de ser cine de culto está ese factor ideológico de carácter reaccionario que cabe destacar,: ante todo es una película que contribuyó a crear una conciencia del mal o de lucha contra el Mal frente a posiciones neutras y amoralesel Mal como algo que acecha en la realidad de ahí afuera tanto como en la interioridad del alma humana. Un alma que puede estar en disposición de practicar el bien y la justicia conforme al poder de Cristo o, por contra, abierta y sin filtros para ser invadida por el estilo de vida y la filosofía de los demonios. En relación a esto, fijémonos en la transformación y muerte final de Sharon, la chica protagonista, algo que en principio parece un guiño a la tradición misógina de Dario Argento sin mayor relevancia. Pero sucede que termina formando parte de ese mensaje demonológico al que nos referimos y desde el cual emerge la conciencia del mal; por muy mojigata y pura que sea la protagonista principal, al vivir en un entorno demoníaco, y por encima de esa contaminación por vía sanguínea en la cual el virus del pecado se trasmite de cuerpo a cuerpo, inevitablemente, tarde o temprano, formará parte de ese estado social de corrupción que a todos nos envuelve de una forma u otra. No olvidemos la cita de Goya que aparece al inicio de la película proyectada dentro del cine Metropól ( "el sueño de la razón crea monstruos" ) , la idea de un visionario del siglo XIX aplicada al contexto de la sociedad tecnológica del siglo XX y, en concreto, a la técnica del celuloide, desde donde se crean los monstruos que pueden estar ahí afuera y en el interior del alma humana. 

domingo, 14 de febrero de 2021

Un despertar del Alma

 


George A. Romero hacía crítica a la sociedad de consumo, desde la particular panorámica que puede ofrecer el denominado cine de serie B, y de forma tangencial nos dejó unas cuantas ideas relacionadas con cuestiones demonológicas. Así pues, El Amanecer de los Muertos  (Dawn of the dead, 1978) se convirtió en sátira grotesca que nos señalaba a todos nosotros con el dedo, mirando desde su prisma de escepticismo antihumanista y nihilismo posmoderno, pero Romero supo ser visionario y dejó un legado de expresiones acerca de nuestra propia "muerte", de una sociedad sin alma y sin dirección ( similar al legado de Dario Argento y Bava, cuyo cine se mostró muy crítico con la sociedad contemporánea, lo cual lo hace adecuado para llevar a cabo estudios de demonología ). El mensaje de la película es directo y claro: en realidad, todos nosotros somos una especie de muertos vivientes, sin voluntad divina, sin Espíritu, sin imaginación, sin raíces, sin otro horizonte que los instintos de supervivencia o los apetitos promovidos por la industria capitalista, hasta el extremo de devorar o ser devorados por nuestros propios congéneres. La gran operación de macrodemonología efectuada a escala planetaria desde final de la segunda guerra mundial, supuso la aplicación de esa "magia negra" que actuó en los regímenes totalitarios de Alemania y la URSS al ámbito de la persona individual que, al entregar su voluntad y sus expectativas de vida a los patrones impuestos por el modelo del capitalismo liberal, se convierte en individuo colectivizado en una masa de consumidores despersonalizados, lo cual es el estado social que más se acerca a la idea del autómata controlado por necesidades creadas artificialmente, según los intereses de una maquinaria sutil, implacable y destructora. La pregunta sería quiénes son los creadores de esa maquinaria. Desde el punto de vista de un incrédulo, bastaría con apelar al devenir y las contingencias de hombres y mujeres de élite, pongamos las instituciones financieras, o los grandes foros transnacionales. Pero la revelación y la Fe enseñan que el origen de la maquinaria es espiritual y que, desde otros ámbitos, también podemos afirmar que los ángeles caídos operan en este mundo utilizando técnicas de "sugestión" y "contagio", a las que normalmente nos referimos utilizando términos como "propaganda" o "ingeniería social". Es el tipo de "magia" que utilizaron en los totalitarismos de primera mitad del siglo XX en Alemania y URSS, con una diferencia que conviene resaltar: mientras que en aquellos la "hipnosis" colectiva servía al propósito de construir una creencia colectiva de tipo religioso que cauteriza el alma  ( teología cristiano-pagana en el nacional socialismo alemán, y teología cristiana secularizada, atea y marxista en el caso soviético ) la "ingeniería social" aplicada en la sociedad occidental de posguerra va directa a la destrucción del Alma en su acepción más religiosa o conforme a la tradición europea y judeocristiana, dando paso a un concepto de "alma" meramente transaccional. Es decir, consiste en "vaciar" al ser humano para convertirlo en un autómata. El cine de Romero, por tanto, es una buena representación sobre los efectos de dicha operación de macrodemonología, aunque se mantiene ambiguo o neutral respecto al origen de la operación. Unas décadas más tarde, Jaume Balagueró y Paco Plaza, alzándose desde la tradición representada por gente como Romero, Argento y Bava, volvieron a poner puntos sobre las íes con REC y REC 2. Pero de esto hablaremos en otro cine-forum.

 Para terminar, ¿qué podemos hacer para luchar contra esto?. La Palabra de Dios nos invita a levantarnos de esta muerte que nos oprime, a ser liberados del egoísmo, de esta forma de individualismo que es un colectivismo de seres despersonalizados. A rebelarnos contra el hecho de ser sólo un dígito, mercancía y obrero sin patria ni identidad. Cristo nos enseña a vivir para los demás, y no para uno mismo. Cuidémonos, en tal caso, de caer en las redes de la filantropía. La filantropía ya es un paso hacia un cierto despertar, pero hay muchas personas en este mundo que trabajan o invierten dinero para beneficiar a los demás, pero en el fondo es un modo de vanidad, de limpiar su conciencia y buscar el propio bienestar. En definitiva, todo lo que se haga por los demás, hágase en el nombre y por los méritos de Jesucristo, y entonces el poder de su Santo Espíritu llenará nuestro ser y seremos almas vivas en el verdadero Dios, y alimentados por la verdadera fuente de Vida eterna. En definitiva, esa revolución espiritual tan largamente esperada, o aquello que psiquiatras y psicólogos nunca terminan de reconocer como es debido: la salud y el bienestar requieren de un cambio profundo en nuestro modo de vida.