HARÁN DE LOS CEMENTERIOS SUS CATEDRALES Y DE LAS CIUDADES VUESTRAS TUMBAS - Darío Argento y Lamberto Bava, 1985



CINE-FÓRUM LITERARIO PARA EL DESARROLLO DE UNA CULTURA APOCALÍPTICA Y EL ESTUDIO DE LA DEMONOLOGÍA

domingo, 29 de noviembre de 2020

Totalitarismo subliminal






Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Apocalipsis 13: 16-17


Algunos recordamos perfectamente las advertencias de parte de ciertas personas del mundo de la docencia y la educación que, desde principios de la década de los noventa del pasado siglo XX, hablaban sobre el futuro cercano de la humanidad, un futuro distópico y encaminado hacia una especie de totalitarismo subliminal que llevaría a cabo el control sobre el individuo y la vigilancia extrema sobre formas de pensamiento y estilos de vida en todo el planeta, de tal modo que para acceder al crédito necesario para vivir, viajar, formarse, etc, se exigiría el cumplimiento de determinados requisitos ( puede ser, por ejemplo, estar vacunado o, ya caminando hacia el contexto del armaggedon final, todos los requisitos sintetizados en un día de reposo universal, el Domingo, que aunque de momento resulta difícil imaginarlo como algo obligatorio, ya se ve en el horizonte la pérdida de ventajas sociales y económicas para quienes, como Daniel y sus camaradas en tiempos de Nabucodonosor, se nieguen a adorar en Domingo ). Por aquel entonces, muchos de los educandos que oían todo aquello con justificada incredulidad pensaban que eso no era posible, que la gente nunca permitiría la pérdida de su intimidad y sus libertades, ante lo cual el educador respondía apelando al terrorismo internacional o al exponencial crecimiento de la inseguridad ciudadana ante cierto tipo de amenazas globales como factores que pudieran justificar la toma de medidas tan extremas. Pues bien, con el paso de los años, la incredulidad de aquellos jovencitos educandos empezó a disiparse con acontecimientos como los atentados del 11 de septiembre del 2001, y ahora con el impacto global producido por la pandemia del coronavirus el hecho alcanza tal magnitud ( va todo tan rápido que ni tiempo tenemos para poder pararnos a pensar bien qué es lo que está pasando ) que ya sólo queda mirar la realidad de frente o ponerse una venda en los ojos. Aquellos docentes y educadores no hablaban de suposiciones fundamentadas en un sentir pesimista o subjetivo, eran gente que conocía bien ciertos temas de los que normalmente o no se habla o se minimiza su importancia, como la existencia de élites o grupos de presión cuyo poder e influencia sobrepasa al de las políticas nacionales, haciendo que la democracia sea un teatro al servicio de una agenda globalista y al de sus ideólogos. Tales ideólogos son personas abocadas a la filantropía, tienen un poder económico tan grande que sus problemas no son los problemas que tenemos las personas comunes. Su gran problema y propósito en la vida es regir el destino de la humanidad, y quieren hacerlo desde un sentir mesiánico, ya que ellos creen que su enorme poder económico es una señal de que han sido bendecidos por Dios y, por tanto, tienen una misión trascendente que cumplir. Ellos, además, son los que poseen información privilegiada acerca de cuestiones como superpoblación, cambio climático, y acerca de los potenciales recursos tecnológicos que pueden aplicarse con el objetivo de que la vida en este planeta sea, a pesar de todo, lo mejor posible. Es importante considerar estos aspectos acerca del perfil psicológico de los verdaderos gobernantes humanos de este planeta, porque no hay que verlos como enemigos, sino que debemos sentir empatía hacia ellos y reconocer que sus debilidades son las de todos nosotros en el caso de que estuviéramos en su misma situación de privilegio y poder. El Mal, cuando se manifiesta en los humanos, siempre tiende a justificarse con buenas razones y propósitos muy nobles o humanitarios. Hitler, por ejemplo, quería salvar a la humanidad de los planes de esa élite globalista que ahora nos gobierna, y cuando él ( al igual que otros de sus camaradas románticos, e hijos del romanticismo alemán ) expresó su deseo de morir antes que tener que vivir en un mundo en el que no merecía la pena vivir, estaban imaginando y temiendo el tipo de sociedad que ahora nosotros estamos viviendo ya de facto en la destrucción casi definitiva del Alma, y que en buena medida estaba descrita en los Protocolos de los sabios de Sión ( ya se ha escrito o se ha dicho que si Shakespeare, Lord Byron, Bécquer, Rimbaud, Chateaubriand, Hegel, Mozart, Beethoven, Wagner, Rosseau o Nietzsche resucitaran en la sociedad del siglo XXI, inmediatamente se morirían de tristeza )Por tanto, tener razón o tener buenas intenciones no libra al ser humano de cometer las peores atrocidades. Lo que sucede es que las élites de la actual gobernanza global conocen métodos más sutiles para someter a la población sin necesidad de fábricas de la muerte o campos de concentración ( y toquemos madera ). El enemigo verdadero es un enemigo espiritual, Satanás, una inteligencia maligna que a través de sus huestes de ángeles caídos, influye en las mentes de la gente de élite de tal modo que no sean conscientes de estar bajo control demoníaco. El tema de la percepción subliminal y procesos inconscientes, reconocida en la psicología académica a pesar de todos sus puntos oscuros, es fundamental para entender cómo el sentimiento filantrópico, tan propio y legítimo en el ser humano, puede caminar hacia un totalitarismo en el cual quienes no acepten integrarse en la nueva sociedad global serán de algún modo excluidos o perseguidos. Acerca de algunos de estos temas, tenemos en la película La invasión de los ultracuerpos  una memorable y poderosa metáfora, y buen exponente para llevarnos hacia el terreno de la macrodemonología. En los minutos finales de la película aparecen algunos de sus protagonistas, aquellos que no han renunciado a la Verdad pero que se ven obligados a sobrevivir en ese sistema totalitario, fingiendo, para poder subsistir sin ser señalados por el dedo acusador de los servidores del maligno, que son parte de ese sistema. Resulta irónico: el gesto final de Donald Sutherland nos indica que, aunque nos veamos obligados a ello, esa táctica no puede funcionar durante mucho tiempo, y acabaríamos sucumbiendo ante la presión social. Lo recomendable es, por tanto, salir de Babilonia en un sentido extremo, salir de la "civilización".


Tenemos la Palabra de Dios precisamente para no ser arrastrados por las pretensiones del ego humano, porque lo que hace que estas élites estén bajo el control de Satanás es su egolatría, y el mesianismo alimentado por aquella y por esas ideas masónicas que les enseñan en sus clubes elitistas. Sin embargo, a esas élites y al Enemigo de Dios y de los hombres ya les queda poco tiempo y, como está profetizado en el Apocalipsis de Juan, serán destruidos con el resplandor de la gloria de Cristo cuando el velo de la realidad caiga y aparezca en el cielo a la vista de todos. Y debemos saber que Cristo vendrá para destruir el Mal y para darnos vida eterna a todos, en un mundo eterno de Amor y progreso en el conocimiento de la Verdad y siempre hacia la Verdad, libres por fin del pecado y de la vanidad humana.


martes, 23 de junio de 2020

Sobre los "no muertos"

Abraham Van Helsing - Alchetron, The Free Social Encyclopedia


Conforme a lo que llevamos andado hasta ahora, parece ser que el mito acerca de los vampiros tiene una carga tan enorme de folclore, y de otros orígenes no siempre bien definidos, que nos llevaría a todo tipo de confusiones respecto al estado de los muertos y al estudio de la demonología. Dicho mito viene a ser un revoltijo de supersticiones o creencias relacionadas con el mundo de las ciencias ocultas. En el campo de la documentación histórica, tenemos en el Tratado sobre los Vampiros -escrito por un monje benedictino del siglo XVIII- un digno referente a tener en cuenta. En aquellas regiones de la Europa oscura (Hungría, Moldavia) se contaban historias acerca de muertos que resucitaban y se aparecían a los vivos. Se alimentaban de la sangre de los vivos, llevándolos incluso hasta la muerte, y disponían de un semblante vigoroso y esbelto (al contrario de las representaciones que hemos visto en el cine). Así pues, la resurrección física literal se combina con el mundo folclórico acerca de los espectros o fantasmas y, por otro lado, la ignorancia acerca del verdadero origen de ciertas enfermedades hizo que aquellas gentes atribuyeran la muerte de personas que sufrían una radical pérdida de peso, acompañada de palidez de rostro y gran debilidad física, a la acción vampírica de espíritus malignos. Como ya se ha indicado en esta bitácora, "los muertos nada saben" y no existe otra resurrección física aparte de la que Cristo nos tiene reservada para el día final. Lo que sí sabemos es que los demonios, mediante algún tipo de influencia interna o externa al individuo que está bajo influencia demoníaca, pueden provocar visiones de muertos que aparentemente vuelven a la vida, o incluso podrían de alguna forma materializarse adoptando la apariencia de personas que han muerto, con el objetivo de seducir a los mortales o perpetuar la creencia errónea acerca de la inmortalidad del alma. O, desde otro ángulo, los demonios pueden hacer que veamos aquello que deseamos ver, aunque sea falso, por eso juegan mucho con nuestros sentimientos y con nuestra necesidad de volver a ver a los seres queridos.

Sobre este mito, la película Dracula aporta una síntesis bastante completa. Abraham Van Helsing se convirtió inmediatamente en el gran estereotipo cinematográfico del demonólogo folclórico, y muestra de forma fidedigna algunas de esas reglas que hay que conocer si queremos estar protegidos de posibles ataques demoniacos. Aparece el crucifijo como símbolo del poder redentor de la sangre de Cristo, poder ante el cual el maligno siempre retrocede. Un maligno encarnado (bajo la interpretación y caracterización de Christopher Lee) en el hombre del vestido y la capa negra, siendo mucho más aterrador en aquellos planos que resaltan una figura negra y amenazante, sin rostro, donde el vampiro es realmente, no un ser concreto y con un rostro definido, sino una sombra que acecha. Es un factor constante tanto en la película como en la mitología acerca de los vampiros; combina la presencia física real del vampiro con la idea, más abstracta y escurridiza, del espectro. En otro orden, y siguiendo con esas reglas, las mujeres ( en este caso la tía Lucy) que caen bajo la influencia demoniaca del conde Drácula lo hacen por voluntad propia, por ceder ante la tentación de un Mal seductor. El abrir la ventana por la noche, o dejar la puerta abierta, es el modo de representar la invitación a que el Mal entre en nuestras vidas y destruya nuestra alma. Ante las tentaciones, debemos cerrar la puerta del corazón y las ventanas del alma. Como, de igual modo, debemos tener la Cruz de Cristo sellada en nuestra mente, en todo lugar y circunstancia. A ese respecto, resulta llamativa la forma en que Van Helsing consigue derrotar a Drácula. Desprovisto de un crucifijo regular y bendecido, improvisa haciéndose con dos candeleros con los que puede formar el símbolo de la Cruz. Y, por supuesto, la Luz destruye a las tinieblas.      



jueves, 28 de mayo de 2020

Del Alma Gótica


Aquella casa al lado del cementerio - Película (1981) - Dcine.org

"Así, pues, cuando vemos, a la entrada de la noche, durante el invierno, a los cuervos posados en la desnuda copa de alguna encina, suponemos que siempre vigilantes y atentos se sostienen con inaudito esfuerzo en medio de las tormentas y las nubes; empero, indiferentes al peligro y llamando a la tempestad, todos los vientos arrullan su sueño: el mismo aquilón lo fija en la rama de donde creemos va a precipitarlos; y cual viejos pilotos cuya movible cama pende de los combatidos mástiles de un bajel, cuanto más azotados se sienten por la tempestad, más profundo es su reposo"

 Chateaubriand en El genio del cristianismo



El texto de Chateaubriand ejemplifica el espíritu del romanticismo, y nos sirve como enlace hacia la relación que pudiera existir entre la demonología y la cultura gótica. Pero vayamos por partes, en primer lugar hagamos algo de historia cultural. Suele decirse que la estética romántica del siglo XIX surgió como reacción al racionalismo del XVIII. Cabe decir que las luces del XVIII fueron, en parte, un movimiento liberador para la cultura de occidente, posibilitando que el conocimiento científico y el corpus legislativo se emanciparan respecto del autoritarismo teocrático medieval. Sin embargo, esa razón del racionalismo quedó desvirtuada al ser convertida en un ídolo, fruto de la teocracia secular. Contra esa visión reduccionista de la realidad, el movimiento romántico reivindicó la oscuridad complementaria a las luces de la cultura ilustrada. Lo irracional, para los románticos, es esa oscura dimensión de la realidad donde habita lo invisible, independientemente de que sea bueno o malo para el hombre. En consecuencia, un romántico, o un alma gótica, no es necesariamente un ser oscuro o amante del mundo demoníaco. Simplemente es alguien que cree en la existencia de ángeles y demonios, o al menos tiene conciencia de esos espíritus que están ahí, de algún modo, influyendo o interactuando en nuestra existencia como humanos. Lo oscuro, recóndito, aterrador y abandonado del mundo es para él un estado y un lugar atractivo donde se puede sentir cómodo, pero siente esa curiosidad morbosa que le pone en peligro de ser afectado por la actividad demoniaca. El demonólogo comparte esa misma visión de la realidad, pero la actitud es muy diferente. Por cuestiones deontológicas, debe ser semejante a los cuervos en la tempestad de Chateaubriand, ya que su misión le obliga a enfrentarse con las fuerzas oscuras del maligno, y en esa lucha debe permanecer firme e impasible ante la presencia del Mal ( como el personaje representado por Max von Sydow en The exorcist, pero de ello ya hablaremos ). En definitiva, y enlazando con una entrada anterior, la persona de alma gótica tiene el perfil de un parapsicólogo inspirado por la vanidad personal y por el morbo, mientras que el demonólogo, quien igualmente tiene alma gótica, se mueve por firmes principios éticos, morales y religiosos, sabiendo que en este mundo hay luz y oscuridad, pero sólo la luz de Cristo es verdadera y permanecerá por sí misma.

Acerca de esa tempestad que acecha a los impasibles cuervos, tenemos en Quella villa accanto al cimitero una de las representaciones más completas sobre los lugares encantados. El encantamiento no sería únicamente algo oscuro y demoniaco cuando sirve simplemente para fortalecer la conciencia de que el mundo espiritual existe, al igual que la lucha invisible entre el bien y el mal. Y que, por ende, existen lugares-situaciones horrendos y peligrosos donde el demonólogo debe subsistir para llevar a cabo su misión. Fijémonos, no obstante, en que uno de los protagonistas ausentes del relato, conocido como Dr. Peterson, confiesa su incompleta alma gótica, esa perversa atracción hacia el Mal que le hará perder el juicio y acabar con su vida. Semejante al afán investigador que acaba con la vida de su alumno y la de su esposa, ejecutados por el Dr. Freudstein, horrenda caracterización del Mal. Sólo los niños sobreviven al final, pero son ellos quienes, ya desde los primeros momentos de la película, manifiestan estar movidos y conectados mutuamente por influencias demoniacas, algo que analizaremos con más detenimiento en otra ocasión. Por último, la película ofrece escenarios y sonidos que son una delicatessen para el alma romántica; el aullido de animales nocturnos, la espesa niebla entre tumbas y árboles de otoño, el suelo, paredes, puertas y muebles de madera que crujen y chirrían, la imagen del polvo y la telaraña que recubren materiales antiguos, recuerdos antiguos, libros y archivos rescatados en una biblioteca antigua. Todo ello a modo de lugar real y simbólico donde lo humano se relaciona con lo demoniaco de una forma muy peculiar, planteando un enigma muy relacionado con los niños protagonistas.



viernes, 15 de mayo de 2020

La cámara del morbo

DOC STAYS WITH THE FREELINGS: a look back at the original ...

Y no participéis de las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas - Efesios 5:11


Vayamos estableciendo algunos conceptos teóricos básicos. El objeto de estudio de la demonología son los demonios y la influencia o el daño que pueden ejercer sobre los seres humanos. Pero ¿ qué son los demonios ?. Ante todo hay que fijarse en una cuestión etimológica. La palabra demonio se refiere al fenómeno experimentado por las personas que lo viven, no al sujeto que provoca dicho fenómeno. En el antiguo mundo grecolatino el daimon era un espíritu que adoptaba para ellos el significado y la forma de un genio (genius). Actualmente es un concepto filosófico utilizado con el objeto de disertar sobre la realidad daimonica, lo cual supone que la palabra demonio tiene un significado genérico utilizado para referirse a las manifestaciones de este tipo en todas sus diversas formas, incluida la manifestación de ángeles de Dios. Porque, efectivamente, nuestro objeto de estudio específico son los ángeles caídos, y por tanto cuando utilizamos el término demonio nos referimos a los ángeles caídos. Ellos son, como ya anotamos en una entrada anterior, seres inteligentes, dotados de cuerpo y mente, son como seres humanos pero algo superiores a la naturaleza humana, odian al ser humano y buscan la forma de destruir nuestra vida espiritual y física. Esto es lo que se puede decir a grandes rasgos. Hay vertientes de estudio que afirman que no todo demonio es exactamente un ángel caído, sino que existen matices y una jerarquía de seres maléficos, pero sobre ello, a lo largo de las entradas que se vayan publicando, diremos lo justo y necesario para no dificultar la comprensión básica del asunto; los ángeles caídos sienten una desmesurada envidia hacia el ser humano, por las maravillas que Dios tiene reservadas para quienes le son fieles. Ellos son seres que ya están condenados, se sienten desgraciados porque fueron expulsados del Cielo a causa de la rebelión de Lucifer y conocieron la Gloria divina de la cual nunca más podrán gozar, y su odio les consume a la vez que les da energía para seguir operando en este mundo con el fin de causar la mayor destrucción posible antes del Fin de los tiempos, cuando serán aislados y finalmente destruidos por el fuego de Dios de forma definitiva.

Hecho este inciso, vamos a establecer una distinción clara entre la parapsicología como pseudociencia, y la demonología como una rama de la teología que tiene carácter transversal, es decir, que su base teórica bebe de las Humanidades ( filosofía, literatura, arte, historia ) y de las ciencias sociales en general, especialmente vinculada con la psicología y la psiquiatría como disciplinas auxiliares. Lo haremos recurriendo a la película Poltergeist, donde, de forma similar a lo visto en Paranormal activity, la cámara es utilizada por personas llevadas por el afán de investigar las manifestaciones demoniacas, intentar registrarlas para la posteridad, o incluso intentar, como buenos científicos, hallar la forma de reproducirlas o las leyes que las rigen para predecirlas de algún modo. En ambas películas, las cuales, una vez más, muestran personajes que hacen cosas o tienen actitudes que nos sirven de ejemplo de lo que no hay que hacer conforme a la Palabra de Dios, aparece la curiosidad morbosa del parapsicólogo, y en ambas es la propia morbosidad del afán investigador la que favorece que el mal se manifieste gradualmente con mayor intensidad (en la película de Oren Peli esto se muestra de forma más explícita y clara que en la de Tobe Hooper). El método y el espíritu cientificista del parapsicólogo, por tanto, no nos protege de los demonios, sino que alimenta el poder del enemigo a través de nuestras emociones y de la creciente curiosidad. La parapsicología se queda, pues, en terreno de nada, ni es una ciencia, ni es teología, forma parte de los engaños satánicos y del espiritismo disfrazado de escrupulosidad academicista. Utilizando aparatos tecnológicos, el parapsicólogo pretende tratar de forma científica algo que sólo concierne al terreno de la Fe y, como mucho, al de la filosofía. Y no lo afirmo por cuestiones epistemológicas o de gnoseología, sino por la prescripción bíblica que nos advierte del peligro que encierran este tipo de actividades. Ante todo es la Fe en Cristo la que de verdad puede librarnos de la actividad demoníaca, así como la integridad moral de la persona, la completa entrega a la oración y comunión con el Hijo de Dios. Estudio y oración, en definitiva, frente a la obras vanidosas que participan de la estrategia del enemigo.  


   

viernes, 8 de mayo de 2020

Casi un documento real

Paranormal Activity - Película 2007 - SensaCine.com




A modo de panorámica general e introductoria, la película Paranormal Activity tal vez sea el mejor modelo de un género cinematográfico encaminado a mostrar la realidad de las manifestaciones demoniacas. Pero sucede como en los demás géneros del celuloide; el cine histórico nos puede instruir en historia antigua, y sin embargo, dependiendo de casos, puede contener imprecisiones historiográficas o verse sesgado por las tendencias ideológicas del productor o director. El cine policiaco nos habla de la realidad de la delincuencia, la criminología, la justicia del individuo o del sistema legal enfrentado a la maldad de los criminales, pero, por razones estéticas o de búsqueda de un determinado sentido dramático, se suelen sobredimensionar las acciones o los rasgos de personalidad de los protagonistas. La ciencia ficción escudriña en un futuro probable, y a estas alturas demostrado está que existen grandes paralelismos ( con todas las excepciones que se quieran indicar )  entre la ficción imaginada y la realidad social e histórica de un mundo futuro que ya se intuye. Así pues, el género fantástico, y más concretamente el cine de terror, es el que se encarga de representar la interacción entre el ser humano y los seres del mundo invisible, o el mundo que está fuera del alcance del sistema de percepción humana. De igual modo, ahí aparecen datos, ideas y manifestaciones que son correctas y otras que son inexactas o rotundamente falsas al ser fruto de la mera fantasía y creatividad de los guionistas, o por surgir de la mitología o el folclore. La película de Oren Peli, marcando distancias con lo dicho, es el fruto de un trabajo personal de investigación acerca de los fenómenos preternaturales, los cuales tienen su origen - según declaró el mismo cineasta como conclusión a sus investigaciones -  en la actividad demoniaca y no, como señala la creencia popular, en los espíritus de los muertos. La conclusión, con la Biblia en la mano, es la correcta, puesto que el hombre polvo es y al polvo vuelve, y no existe inmortalidad fuera de la que el poder de Cristo puede darnos en el día de la resurrección de los muertos, al final de la Historia humana. 

En el desarrollo de la película se exponen las razones por las que suceden este tipo de fenómenos, qué es lo que los provoca y la forma gradual en la que las manifestaciones demoniacas afectan a las personas y a su entorno doméstico. No obstante, ante todo, y a ello hay que atender, nos ofrece una exposición de cosas que no hay que hacer. A los demonios no debemos temer puesto que no tienen ningún poder sobre nosotros, a no ser que les abramos una puerta por donde puedan empezar a interactuar con nuestro mundo visible e influir en nuestra mente. Esa puerta es la puerta de la mente. Como se ve en la película, la curiosidad mató al gato, así como fue la insana curiosidad de Eva la que la llevó a ceder ante la tentación de comer del fruto prohibido. El chico que maneja la cámara doméstica con la que pretende registrar los fenómenos poltergeist siente una morbosa curiosidad por el tema, y cuanto más focalizamos nuestra mente en el deseo de ver y comprobar esos fenómenos, más nos estamos acercando a esa línea que nos separa y nos protege de ellos. La estrategia de Satanás consiste en seducirnos por medio de los sentidos, de lo que podemos ver y tocar. Dicho en pocas palabras, Dios ha desplegado en torno nuestro unas reglas y un sistema de protección que impiden que ellos puedan hacernos daño siempre y cuando nuestra atención y nuestro corazón estén orientados hacia Dios, y no hacia la morbosa curiosidad que despiertan las cosas del diablo. Ver cómo un objeto se desplaza o se mueve sin causa física aparente es una de ellas. La puerta de la habitación, en el caso de esta película, la cual es el punto de arranque hacia una creciente curiosidad morbosa en el protagonista masculino, y miedo creciente en la protagonista femenina. Cuando ciertas emociones empiezan a intensificarse, empezamos a abrir las sucesivas puertas que abren el camino para que los demonios puedan hacernos un daño gradualmente más intenso e incluso llegar a la posesión diabólica. La primera puerta es la de los sentidos de la vista y el oído ( ver objetos que se mueven y sonidos extraños ), el siguiente paso es una mayor proximidad con el ente invasor a través del tacto y el control mental ( pueden ya afectar a nuestro cuerpo físico, o controlar nuestra mente mediante fenómenos de sonambulismo o hipnotismo ) y finalmente, cuando el terror se apodera de la protagonista femenina de forma especialmente intensa, se da la posesión diabólica y la capacidad de matar. En definitiva, los demonios se alimentan del miedo, de la sugestión y de la excitación que producen sus propias manifestaciones. Digamos, pues, que los fenómenos preternaturales son el cebo inicial con el que los demonios pretenden atraer nuestra atención ( a veces, incluso utilizando sonidos rítmicos que tienen un efecto similar al de un proceso hipnótico ) hacerse con nuestras vidas, destruir nuestra salud mental y finalmente llevarnos a la muerte espiritual y física. Hay que tener en cuenta que las emociones humanas emiten energía, y esa energía, mediante un proceso que no podemos comprender, les da el alimento que necesitan o que misteriosamente les sirve de puente hacia nuestro entorno físico y mental, y así es como, de alguna forma, consiguen romper la barrera protectora que Dios ha dispuesto para nosotros. Es por ello que si en alguna ocasión nos topamos con estos fenómenos de movimiento de objetos sin causa física aparente, nuestra inclinación natural es seguir investigando e incluso intentar reproducirlos para demostrar algo a segundas o terceras personas. Pero eso es caer en la trampa del enemigo, el afán de investigar y demostrar hechos es en sí mismo una práctica espiritista porque abrimos la puerta a que el Maligno controle nuestras vidas. Muy interesante resulta también el hecho de que en las secuencias inmediatamente anteriores a la posesión diabólica la chica aparezca con una herida en la pierna, en estado de shock y con un crucifijo en la mano. Aparece por primera vez el elemento religioso y la alusión a Cristo como un desesperado último intento por parte de ella antes del fatal desenlace. Porque ¿ si ante estos fenómenos debemos aplicar una fuerte indiferencia, o dejarlos pasar como si para nosotros no tuvieran relevancia, no hay algo que debamos hacer cuando sospechamos que estamos ante algún tipo de actividad demoniaca ?. Como ya he dicho, fijar nuestra alma en Dios, en la constante oración y expulsando a todo espíritu inmundo en el Nombre de Jesucristo. Porque, insisto, sólo Cristo tiene poder, los demonios están totalmente sujetos al poder de Dios. Hay otro factor relacionado con el pasado familiar de la chica protagonista, pero de ello hablaremos en otra ocasión.

Por último, cabe mencionar algo relacionado con la forma corporal de los ángeles caídos. En la película aparecen como seres tridáctilos ( por las huellas que aparecen en el suelo de la habitación ) y de rugido sobrehumano. Quizá sea éste el único elemento folclórico entre una mayoría de rigurosos datos desde el punto de vista bíblico. Los seres demoniacos, como criaturas de Dios, son seres perfectamente materiales y disponen de un cuerpo físico, sólo que están ocultos, por intentar expresarlo de alguna forma, en el oscuro abismo, tras el velo protector de nuestra realidad. Desechemos toda clase de dualismo platónico, la Biblia nos enseña que el tejido de la realidad está hecho de una sola substancia, substancia que es material, mental, espiritual y anímica, pero sólo son palabras y categorías humanas que utilizamos para referirnos a una Naturaleza única e indivisible que integra todos esos aspectos. Por tanto, los ángeles caídos son seres espirituales, igual que nosotros, e igual que nosotros, disponen de un cuerpo físico, de voluntad, mente e inteligencia. 

      

jueves, 30 de abril de 2020

La sociedad endemoniada

Le jeu de la photo de films des années quatre-vingt. - Page 12 ...

                     Sed sobrios y velad, porque vuestro adversario el Diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.
 1 de Pedro 5:8 


Uno de los aspectos más interesantes de la película Demoni (Lamberto Bava, 1985) es cómo, mediante un hechizo, la ficción cinematográfica invade la realidad del espectador ubicado en una sala de cine. Bastaba con que una sola persona utilizase la máscara demoniaca para ser infectada y así expandir la maldad. La acción de ponerse la máscara simboliza nuestra natural inclinación por el pecado, o la fascinación que el Mal ejerce sobre nosotros cuando nos encanta sentirnos subversivos y endemoniados, puesto que la santidad, por falta de conocimiento de la verdad, está más relacionada con la sumisión, la debilidad y la enajenación mental, y en consecuencia perjudica gravemente el status social adquirido o perseguido. En nuestra realidad inmediata, y en estos tiempos desconcertantes, el hechizo proviene igualmente de las pantallas que miramos y escuchamos cada día, y la máscara la tenemos tan asumida que ya ni siquiera sentimos la necesidad de tomarla. La hechicería babilónica que nos gobierna irradia su poder emitiendo manipulaciones y fantasmagorías que nos llegan a través del cine, prensa digital, la televisión y cualquier dispositivo audiovisual. En relación a ello, existe una macrodemonología ( ingeniería social, como dirían otros ) que estudia cómo crear un imaginario colectivo en torno a los virus, las cifras, los hechos, las hipótesis, las ideologías, la economía, las costumbres, las esperanzas. En consecuencia, tal y como sucede en la citada película, la locura se va apoderando de la mayoría de los hombres, y sólo quedan unos pocos hombres sensatos que sobreviven en un mundo gobernado por las tinieblas, inmersos en una especie de hipnosis global, donde la vida se confunde con la muerte, y el asesinato cometido contra la razón y la verdad se convierte en un culto de masas. Ya sea desde lo micro o desde lo macro, ese paralelismo entre fantasía y realidad, así como la posible ruptura del límite que las separa, será un interesante hilo de inspiración. Finalmente, la sociedad de la imagen y de los dispositivos de imagen y sonido, desde las computadoras, pantallas, monitores, hasta la telefonía móvil, tienen, en la tradición del cine fantástico popular ( véase Poltergeist, Minority Report, o la citada aquí mismo ) una connotación asociada a la comunicación con la realidad invisible o como instrumento de control de las conciencias. Este objeto de estudio de la macrodemonología no nos permite definir rostros o entidades a quienes darles un nombre o una personalidad delimitada, pero es el que está poseyendo las mentes de forma más sutil y efectiva.

No dejen de leer, por último, este artículo del que pueden extraer datos más concretos e ir saliendo de dudas. La tecnología contemporánea tiene el sello y las características de sus creadores, los daimons de la filosofía, los dioses en las religiones paganas, y definitivamente los demonios testimoniados en la Palabra de Dios. Y en virtud de ese mismo testimonio la tecnología es, si se lo permitimos, un poderoso instrumento de Dios para expandir la luz y la Verdad en el mundo, pues no hay excremento humano y demoníaco que Dios no pueda convertirlo en oro.