Ben Mears, un hombre "bueno" que lucha por sobrevivir en la oscuridad del mundo
El sheriff Parkins, ese mismo personaje que afirma la muerte en vida de los habitantes de Salem's Lot, es quien nos da una definición de en qué consiste dicha muerte. En una secuencia anterior al elocuente diagnóstico, afirma que ya no existen hombres buenos. Es decir, la muerte es igual a ausencia de bondad. Por tanto, si hablamos de decadencia cultural y espiritual en nuestra sociedad, estamos diciendo también que el verdadero significado y sentido de la cultura y de la espiritualidad consiste en cultivar la bondad.
El sheriff Parkins formula una pregunta: ¿Cuándo fue la última vez que vio usted a un hombre bueno?, pregunta que va dirigida, precisamente, al cura del pueblo. Y tras esto, en un magistral uso de la elipsis gracias a una perfecta labor de montaje ( cuando salga la edición de 180 minutos probablemente esto se irá al traste ), vemos inmediatamente la imagen de Bean Mears, significando que ése es el hombre bueno, el extraño, el forastero del que muchos en el pueblo recelan. La bondad del personaje viene reflejada, en primera instancia, por el acierto en el casting. Los ojos de Lewis Pullman transmiten melancolía, y ese enigmático encanto que suelen tener las personas introvertidas y reflexivas. Creo que estamos de acuerdo en que éste Ben Mears es el tipo de persona que inspira confianza, que nos gustaría tenerlo cerca siempre. Tiene una contraparte, no obstante; es escritor y, en consecuencia, es persona de dudosa reputación. La gente que escribe, que piensa, que investiga, suele incomodar a muchos, y esto se da en escritores profesionales o en simples escritores aficionados. Pero vayamos al asunto, ¿por qué Ben Mears sobrevive al apocalipsis final acaecido en Salem's Lot?. Ya lo estamos viendo, porque es un hombre "bueno". Pero ¿cuál es el matiz, qué es lo que lo distingue del resto de personajes?. La humildad, en una palabra. Salem's Lot está dominada por el orgullo vanidoso de sus habitantes, los arraigados, los que creen ser de alguna parte. En cambio, Bean Mears viene a ser un hombre de ninguna parte, sin identidad, tratando de definirse a través de la memoria, las letras y los recuerdos, y aunque esa ausencia de arraigo e identidad es un problema para él, le confiere un perfil psicológico muy favorable a tener una disposición humilde.