HARÁN DE LOS CEMENTERIOS SUS CATEDRALES Y DE LAS CIUDADES VUESTRAS TUMBAS - Darío Argento y Lamberto Bava, 1985



CINE-FÓRUM LITERARIO PARA EL DESARROLLO DE UNA CULTURA APOCALÍPTICA Y EL ESTUDIO DE LA DEMONOLOGÍA

jueves, 14 de abril de 2022

La langosta buena

 



1. Una de las Joyas más feas del cine fantástico

No merece la pena mencionar los aspectos que no funcionan en esta película tan denostada. Consideremos, para empezar, que John Boorman fue uno de esos cineastas visionarios que hacía cine a su manera, aventurándose en temáticas raras, y sin esperar el aplauso del público. Y esta secuela de El exorcista no está planteada para satisfacer a quienes se interesaron por esa impactante mezcla de teología y horror de su predecesora. En The Heretic no hay horror, pero se muestra, leyéndola y apreciándola con calma, como un potentísimo filme teológico, parapsicológico, hipnótico, lisérgico, lleno de imágenes y figuras simbólicas que parecen constituir un pequeño manual de demonología, pero no de esos en los que simplemente te inmiscuyes en los conceptos teóricos, sino que te lleva hacia sentimientos de esperanza en la humanidad, una humanidad que pueda de alguna forma redimirse y vencer al Maligno. Y, en fin, un filme bellísimo en el fondo.


2. La parábola de la "langosta buena"

Las imágenes de la plaga de langostas que acechan a los humanos nos remiten a dos significados distintos pero que van en paralelo: por un lado, son una representación visual de los espíritus del aire, y del demonio Belcebú- Pazuzú, su líder, llamado "señor de las moscas" en segunda de Reyes 1:2 del texto bíblico, aunque aquí en vez de moscas son langostas. En todo caso, se refiere a las huestes demoníacas que se mueven en el espacio de la atmósfera terrestre, y que acechan a los humanos. Pero, por otro lado, son una representación de la humanidad misma, estableciendo ese paralelismo entre los demonios y la civilización humana. La civilización humana puede ser una plaga destructora, especialmente cuando se configura a la manera de una mente colectiva que funciona al unísono y perfectamente homogénea. La película, sin duda, se está refiriendo a los totalitarismos de signo comunista o nacional-socialista, y al incipiente sistema totalitario que se adivina en el mundo capitalista y liberal. Por tanto, cada uno de nosotros, como individuos, formamos parte de esa plaga, y se necesita romper la cadena de influencias para encontrar una dirección nueva, vencer al sistema, y caminar hacia la liberación. Esa "langosta buena" que consigue emanciparse de las masas supondría una metamorfosis de carácter espiritual, muy en la línea de mitos de la new age como los llamados "niños índigo", personas que pueden sanar a los enfermos, dotados de una especial capacidad para sentir empatía, compasión, amor. Se trata en realidad de los discípulos de Cristo, de los Hijos de Dios en el Tiempo del Fin, aunque esta película tiene ese fuerte barniz de new age, y se apoya en la creencia de un Reino de los Cielos materializado en la tierra, pero sin la intervención de Dios en la Historia.

 

3. Resistir el roce maligno de sus alas

Siguiendo con la parábola de la langosta buena, la película expone que la maldad de las personas, el carácter irritable, la vanidad y el orgullo, la agresividad y la destrucción, aparece cuando entra en contacto con otros seres humanos en un determinado sistema de vida, mientras que el individuo conserva la bondad y la pureza. Es cuando formamos parte de un sistema demoníaco, y entramos en relación unos con otros (las alas de las langostas que se tocan y se excitan por ese contacto ) cuando el mal nos posee. Y en este punto surge una cuestión: ¿ acaso debemos defender la vida monástica, o a los ermitaños que se aíslan del mundo, o a esas comunidades religiosas que se establecen en el campo o en las montañas para vivir una vida diferente y apartada del mundo ?. En una de las últimas secuencias de la película se da respuesta a ello: no debemos aislarnos, pero sí debemos ser resistentes frente al Mal. O, como creo que todos estaríamos de acuerdo respecto a lo que nos enseña la Palabra de Dios, estar en el mundo pero sin ser del mundo. Principalmente porque no hay forma de evangelizar en la vida aislada y al margen de la sociedad, pero por otra parte, al estar en un roce constante con las cosas del mundo, nos relacionamos diariamente con una cultura maligna. El tema es ser resistentes y llevarlo todo al terreno de la santidad. 


4. Regan es la paloma de la esperanza

Estaba ya implícito en la película de William Friedkin, pero en esta el énfasis en Regan como la persona pura y casta que viene a aliviar los sufrimientos de la humanidad es más explícito y tiene un recorrido variado. La vemos vestida de blanco, en lo alto de un edificio, acompañada de palomas blancas, sanando a niños, alzando desafiante su brazo contra esas huestes demoniacas del aire, y venciéndolas con la fuerza de su amor. Quizás sea una perfecta forma visual y cinematográfica de representar la rebelión contra el mundo, contra la maligna "atmósfera" cultural que nos gobierna, y atención al subrayado musical de Ennio Morricone; una paloma blanca y frágil puede esconder la mayor fuerza espiritual.


5. Philip Lamont, la Regan buena, y la Regan mala 

 El jesuíta interpretado por Richard Burton, emulando el sacrificio final de Damien Karras en su predecesora, es quien recibe toda la influencia maligna de las alas de Belcebú para llevar a cabo una determinada misión redentora. Él personifica, en el tramo final de la película, los atributos y caracteres del mal que serán utilizados para destruir el maligno corazón de Regan, esa infección por contacto con el pecado. Lo interesante es que esa estrategia la aprende de Kokumo, el indígena africano que vence al mal con el rugido del tigre o disfrazándose de langosta. Ahí hay un simbolismo poco desarrollado en la película pero que nos dice algo mucho más interesante y controvertido. Quizás en otra ocasión...


6. El bien atrae al mal

Satanás ataca principalmente a aquellas personas que pueden tener un gran potencial para aliviar el sufrimiento de otras personas, y que pueden ser esa luz que el mundo necesita. Esa es la idea central de la película, idea que además se extiende a la frecuente afirmación de que es dentro de las Iglesias, de las congregaciones donde acuden muchas personas con la intención de ayudar, creer, crecer y compartir la fe donde el Enemigo más siembra la discordia, el odio y la confusión. 

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