lunes, 31 de octubre de 2022
Noches de "Pandemonium" (I)
miércoles, 12 de octubre de 2022
Polvo y Huesos
En otoño, cerca del samhain, cuando culmina el inicio de los días para el recogimiento entre las sombras, siempre amparados bajo la esperanza en la Luz que en todo momento brilla en la oscuridad. El mundo actual, por su parte, vive estos tiempos a la manera de una festividad ruidosa en la cual se frivoliza con los aspectos oscuros de la realidad, como si estuvieran ahí para divertirnos con su atracción morbosa. Sin embargo, muchos de nosotros recordaremos la manera en la que nuestros abuelos - sobre todo si eran familias residentes en el campo y en los pueblos - celebraban estas fechas, con la luz de esas velas que permanecían encendidas durante toda la noche de los difuntos. "Es para iluminar el camino de las almas en la noche oscura", decían ellos. A pesar de sus creencias paganas - respaldadas por la doctrina católica del purgatorio - en sus tiempos aún existía un espíritu de reverencia y respeto ante las realidades espirituales. Y eso es lo importante, no el temor irracional a los demonios que acechan, sino el respeto frente a lo demoníaco, y la humillación del alma por nuestros pecados ante el Redentor del mundo. Así pues, aunque no podemos eliminar la festividad otoñal por excelencia, sí podemos cambiarla con una actitud y un espíritu diferente, mirando hacia la tradición de nuestros abuelos y ancestros pero corrigiendo las creencias erróneas. La condición humana es mortal y es pecadora, tal y como la banda de rock Guns n' Roses lo cantaba en la segunda pista del primer volumen del doble álbum Use Your Illusion. Polvo y huesos, es todo lo que somos, no hay vida más allá sin la gracia redentora de Cristo y conforme a su Juicio. Sobre el estado de los que han muerto a lo largo de la historia humana, es recomendable esta audición en you tube o este pequeño artículo sobre el tema en cuestión.
La imagen de un cráneo humano que nos recuerda que somos polvo y huesos, y que en nosotros no hay méritos para nada más, la luz de la vela iluminando como isla resistente en medio de un mundo de tinieblas, y las palabras del recuerdo de lo antiguo, impresas en las páginas de libros antiguos que quieren imprimir en nuestras conciencias. Y todo ello en un recogido silencio.
lunes, 3 de octubre de 2022
Laura Palmer: un ángel caído
-Cuando empieza este tipo de fuego, es muy difícil apagarlo. Las tiernas ramas de la inocencia arden primero, y se levanta el viento y, entonces, todo lo bueno está en peligro- La mujer del leño
En Twin Peaks: Fire, walk with me, David Lynch estableció un escueto manual sobre cómo el Diablo pervierte y destruye a la juventud fomentando el consumo de drogas y las relaciones sexuales ilícitas. Lynch deja pistas y se puede intuir que es un tipo que sabe mucho de espiritismo y, por tanto, de demonología, aunque es más que evidente que su formación espiritual se basa en las filosofías new age, lo cual implica navegar en el mundo de los espíritus a ciegas, y sin ser consciente de los peligros que acechan. Para otra ocasión, sería interesante hacer un pequeño estudio de la serie televisiva, porque allí está el grueso y las claves de todo el asunto. En cualquier caso, esta película, al igual que la serie de televisión, es muy de su época, de principios de los noventa, y se revela como un reflejo y advertencia a aquellos que, a principios de los noventa, comenzaban a adentrarse en la adolescencia y sus peligros, fantasías y tentaciones. No es momento de abordar todos los simbolismos y los laberintos de David Lynch, lo más interesante es el entramado en el cual aparecen los jóvenes protagonistas seducidos por el sexo y las drogas mediante agentes humanos ( proxenetas, hombres perversos, etc), la utilización del Rock como ritmo y sonido seductor al servicio del Diablo, y la acción implícita de agentes y entidades de carácter preternatural que están en la cima de la pirámide del Mal, en el fondo manifestaciones demoníacas que poseen las mentes y matan a placer a través incluso de los propios padres de los jóvenes protagonistas.
Por otra parte, la relevancia sociológica de Twin Peaks es brutal, específicamente lo que significó para su época como reflejo, profecía y profundización en los aspectos más oscuros y terribles de la realidad. Por aquel entonces, el caso de las niñas de Alcàsser supuso, para muchos de nosotros, el fin de la inocencia. De repente, supimos que el Mal existía, y que los monstruos son reales. Paralelamente, al igual que los proxenetas y demás hombres perversos que aparecen en la película son solo la punta del iceberg que asoma sobre unas aguas profundas donde se esconden otros agentes humanos no revelados y entidades del mundo invisible implicadas en la seducción y destrucción de la inocencia juvenil, es más que sabido que Miquel Ricard y Antonio Anglés fueron solo una pequeña parte de un crimen donde participaron otras personas que han permanecido impunes, y permanecerán impunes hasta el día del Juicio, cuando todo lo que ha estado oculto será revelado.
Por último, a nivel melodramático, la película es una elegía protagonizada por los corazones rotos ante la imagen de un ángel caído, de cabellos rubios, ojos azules, de un pasado prístino rápidamente fulminado por las modas de la época. Algo parecido a la realidad, pues todos conocimos, en algún momento de la tierna infancia, a algún ángel rubio que, en la maldita década de los noventa, se dejó caer, seducido por las drogas, el sexo y determinados tipos de música.
Ojalá que el Fuego camine con nosotros y con nuestros jóvenes, pero sin olvidar que existe el Fuego de Dios, y el fuego engañador de Satanás.