En Pesadilla en Elm Street, Wes Craven nos planteaba considerar el mundo de los sueños como una grieta por donde puede colarse cualquier demonio sediento de sangre y venganza. En ese sentido, uno de los aspectos más interesantes de la película es su énfasis en la necesidad de velar, de no dormirse, de resistir al impulso homeostático hacia el sueño por una extrema necesidad de supervivencia. Nos lleva a considerar, pues, a la vigilia como salvadora y mantenedora de nuestra mente racional, de un sistema cerebro-mente en perfecto funcionamiento, donde todo sigue ordenado y el filtro que nos protege ante los intrusos permanece en pie. Pero ¿qué pasa cuando dormimos?. Pues que se rompen las reglas y entramos en un mundo de percepciones extrañas, irracional, caótico, poético tal vez, pero desvinculado con el orden de la vigilia. Un caos que se opone al orden divino, y por tanto nos lleva a un terreno peligroso en el que pueden manifestarse los ángeles de Dios, aprovechando esa misma grieta, pero también los ángeles caídos y sus esbirros.
Fred Krueger, desde la interpretación demonológica, es la corporización que un demonio justiciero asume para acosar a los jóvenes introduciéndose en sus sueños, aprovechando los miedos suscitados por un asesino de niños real y humano. De algún modo, Krueger representaba la conciencia de culpa de la clase media norteamericana, señalando especialmente a los padres y madres de familia que se ocupan del progreso económico pero descuidan los valores, la educación y la religión, familias rotas y abocadas al adulterio, la superficialidad y el alcoholismo ( Krueger ataca principalmente a los niños-bien, pero también a freaks, delincuentes y marginados ). Otro aspecto interesante que ofrece la película es que la línea que separa lo real de lo soñado es bastante difusa, como se aprecia en los últimos instantes en los que Krueger es, a la vez, un ente que interviene en el mundo de la vigilia, pero sigue siendo un mundo onírico donde la aparente victoria de Nancy solo ha sido un sueño. Esto es una característica de la mente de los esquizofrénicos: no pueden diferenciar lo real de lo onírico y, al carecer de filtro, cualquier cosa puede introducirse en su mundo de percepciones, desde las más arbitrarias hasta las que tienen su origen en la actividad demoniaca de nuestro mundo circundante.
Freddy es el ejecutor de las consecuencias del pecado de los padres que recaen sobre los hijos. Llama mucho la atención esa mirada depresiva a la sociedad, y la sensación que transmite de que todo parece estar bien pero la mugre y la miseria se esconde tras las apariencias.
ResponderEliminar"... la sensación que transmite de que todo parece estar bien pero la mugre y la miseria se esconde tras las apariencias."
EliminarAsí ha sido en nuestra vida real
En Getsemaní, los discípulos de Cristo dormían, mientras él permanecía en vela y en oración. La vigilia permite la lucha espiritual consciente y bajo el orden de Dios. Si nos dejamos arrastrar por el sueño en medio de las tinieblas de la noche, en cambio, entramos en el reino de la muerte, de los demonios y demás "fantasmas" que habitan en ese hades.
ResponderEliminar