HARÁN DE LOS CEMENTERIOS SUS CATEDRALES Y DE LAS CIUDADES VUESTRAS TUMBAS - Darío Argento y Lamberto Bava, 1985



CINE-FÓRUM LITERARIO PARA EL DESARROLLO DE UNA CULTURA APOCALÍPTICA Y EL ESTUDIO DE LA DEMONOLOGÍA

viernes, 18 de junio de 2021

"Que no os invada el odio"

 


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Contemplemos todos estos cuarenta años de cine y fantasía en los que los nueve episodios de la saga han ido irrumpiendo en la actualidad, cada uno en su momento y generación, y avanzando hacia la conclusión definitiva de cuarenta años de representación acerca de la lucha contra el poder del Enemigo de Dios y de los hombres. De esa forma es como The Rise of Skywalker  puede ser entendida conforme al argumento que inspira nuestro cine-fórum. Por otra parte, entendemos que la complejidad temática de la saga hace que ésta pueda ser interpretada de formas muy distintas y conforme a distintas filosofías y religiones, así que nuestra aportación no pretende sentar cátedra ni quiere convencer a nadie de nada, pero sí explicar la conclusión de la saga a la luz de la Palabra de Dios. En cualquier caso, a pocos se les escapa que el personaje conocido como Palpatine, o el Lord Oscuro, es una clara imitación del Satanás bíblico, al igual que los Jedi son una imitación del pueblo de Dios, mientras que los sith son los partidarios de Satanás. Durante la lucha final, el Lord Oscuro es el Sith que contiene a todos los sith, y Rey es la Jedi que contiene a todos los jedi, escenificando la lucha entre dos espíritus radicalmente opuestos: el Espíritu de iniquidad (los Sith) y el Espíritu de Santidad (los Jedi). Desde este prisma, no puede haber ninguna forma de equilibrio entre la Luz y la Oscuridad, sino una lucha que se extiende durante siglos y milenios hasta el triunfo final de la Luz, y la restauración de un mundo libre del pecado y la maldad, como era en el origen. Y ahora especifiquemos un poco más la forma en que el Maligno se manifiesta en ésta conocida ficción cinematográfica; Palpatine es un contenedor, y el Lord Oscuro es el contenido. O, en otras palabras, Palpatine es la Serpiente, la máscara o el disfraz que utiliza Satanás-Lord Sidius para manipular y tentar a hombres como el joven Anakin Sywalker. Era interesante este punto porque parece que gran parte del fandom no suele distinguir entre uno y otro, del mismo modo que debemos saber que una cosa es la Serpiente o disfraz de Satanás, y otra distinta es el ángel caído que utiliza dicho disfraz, originariamente conocido como Lucifer. Por tanto, Satanás se presenta bajo la apariencia de la criatura más bella dentro del mundo animal en tiempos del paraíso perdido, o bajo el aspecto de un anciano venerable, bueno y sabio, conforme al rostro y la interpretación del actor Ian Mcdiarmid. 

Aborrecedores del mal

Hecho este inciso, vayamos a un asunto teológico de gran importancia para quienes se sientan implicados en la lucha espiritual. Se trata de un aspecto quizás más emocional que intelectual. Estar bajo la inspiración del Espíritu de Santidad nos lleva a aborrecer el Mal, incluso al deseo de ver su aniquilación definitiva. En un momento dado de la película, el Lord Oscuro se presta para que Rey lo mate y se cobre su venganza por la muerte de sus padres. Este tipo de secuencias ponen a prueba ( al igual que, en el terreno de la ficción, Rey está siendo tentada por el Maligno ) el verdadero entendimiento que sobre el Espíritu de Santidad tiene el seguidor de Cristo. Es decir, ¿debemos aborrecer el Mal?¿odiar a Satanás y a sus demonios?. Si la Palabra de Dios nos dice "aborreced el mal", pensamos que sí, y podemos justificar una actitud emocional de destructividad. Solemos pensar que cuando la Palabra nos dice "amad a vuestros enemigos" es una instrucción referida a las personas de carne y hueso, mientras que tenemos vía libre para odiar y desear el mal a los enemigos de naturaleza invisible. Meditemos en ello unos instantes. Y ahora volvemos a esa secuencia de la película: Rey tiene la ocasión, la gran oportunidad de liberar todo su odio y su emoción destructiva contra el cuerpo físico de Palpatine, la encarnación del Mal. Pero no lo hace, consigue vencer la tentación porque sabe que si mata a Palpatine, entonces el Lord Oscuro la poseerá a ella. Es una cuestión de estrategia y perspicacia, de momento no es por amor a su enemigo, pero consigue vencer ese primer peldaño de la tentación satánica. A continuación, el Lord Oscuro (el cual tiene un plan A, un plan B, un plan C...) prueba a tentar a Rey teniendo en cuenta los aspectos más nobles de su personalidad, como la fidelidad a sus amigos y camaradas, y le ofrece el trono del imperio galáctico como forma de proteger a los seres que ama. Y es cierto, muchas veces Satanás puede tentarnos con darnos un poder especial que nos permita proteger a las personas que amamos, pero al precio de adorarle y obtener ventajas terrenales. Y entonces sí, Rey, de corazón muy noble, está dispuesta a hacer lo que nunca se debe hacer, matar, con la excusa de que lo hace para salvar a sus amigos y a todo lo que es noble y bueno. Entonces, cuando ya Rey tiene la plena disposición de matar, cuando está a un pequeño paso de entrar en el lado oscuro, entra en acción Ben- Solo (Kylo-Ren), el portador del verdadero amor, un amor que ni siquiera Rey conoce hasta ese momento. Se da una especie de conexión emocional y telepática entre Rey y Ben- Solo en la que Ben le envía a Rey una consigna, una señal definitiva que libera a Rey de su odio. Pero para entender bien este punto tenemos que retroceder a otro momento especial y fundamental de la película.

El sacrificio de Leia     

Rey y Kylo luchan encarnizadamente sobre las ruinas de la antigua estrella de la muerte y entre el oleaje de las aguas. Leia, que conoce el destino de su hijo, se dispone a sacrificar su propia vida para que el amor que vive en ella pueda gobernar también en el alma y la conciencia de Kylo-Ren (¿ a qué nos recuerda esto?). En el momento en que Kylo percibe la llamada de su madre y desatiende a su oponente, Rey lo aprovecha para clavar el sable láser en el estómago de Kylo, de manera un tanto traicionera. Y en ese mismo momento Rey percibe el sacrificio de Leia, y se da cuenta de su tremendo error, ya que Rey está intentando destruir aquello por lo que Leia se está sacrificando. Por cierto, Rey intenta matar a Kylo con la espada láser de Kylo, la misma espada que después lanzará Kylo a las aguas como signo de su liberación espiritual. 

El mal no es la persona

Así pues, Rey y Ben-Solo como un mismo ser, portadores de un amor que es concedido por gracia, por el amor y el sacrificio de sus maestros y los antecesores de generaciones pasadas, se disponen a enfrentar el Mal de forma definitiva. Claro que al Lord Oscuro le quedaba un último recurso consistente en aprovechar la fuerza vital de ambos para poder regenerar su cuerpo y manifestarse plenamente en Palpatine. A pesar de ello, veremos a Rey invocando al espíritu de los Jedi, levantarse desde el suelo, empuñando dos espadas con las que forma una Cruz para repeler los dardos satánicos del Lord Oscuro, quien termina consumido por su propio fuego. Así es como Rey consigue vencer el mal, no con odio, sino con un determinado Espíritu. En otra secuencia de la película, muy anterior, Rey se enfrenta a una serpiente, y lo hace sanando sus heridas. Es otro momento bellamente simbólico ya que esa serpiente alude al futuro enfrentamiento con el Lord Oscuro, dejando entrever que contra el mal no hay odio justificable. Que cuando la Palabra de Dios nos dice "amarás a tu enemigo" no se refiere sólo a los seres humanos, sino a los ángeles caídos y demonios que conspiran en cada momento para destruirnos, ni más ni menos. Es por eso mismo que debemos entender que amar no significa ser estúpidos ni permitir que nos hagan daño, aunque ese es otro tema. Como conclusión, pensemos que las personas no son el mal, el mal es el pecado. Debemos separar a la persona del pecado. Amar siempre a las personas, tolerancia cero con el pecado mirando primero la viga que tenemos en el ojo propio antes que nada, de eso se trata. Estamos, en definitiva, incidiendo en el mandamiento de "no matarás", y por tanto debemos estar siempre libres de odio.

El ascenso de un apellido y el oro de la Espada

Matar al padre significa destruir un legado de amor y tradición. Cuando Kylo mató a Han Solo mató a una parte de su madre y de lo que Han Solo había recibido de su relación con los Jedi. Cuando Palpatine mató a los padres de Rey, la condenó a la soledad y a la necesidad de encontrar una identidad, una cultura, un sentido a la existencia. Entonces, el Maligno se presenta como padre de todos los abandonados, los que están desorientados y buscan unos valores para vivir. Entonces puede aparecer Satanás y hacer el papel de padre. Si Rey hubiera matado a Palpatine, hubiera destruido una cultura falsa, demoníaca, pero al menos era una "cultura". Pero tenía que luchar contra ello con el Espíritu correcto. Resistiendo al mal en lugar de destruirlo. Dando vida en lugar de quitarla, como Kylo en su momento y sacrificio final. Es entonces cuando, aquello que no consiguió Anakin al proclamar su deseo arrogante de aprender a evitar que las personas mueran ( véase en el episodio II ) se realiza definitivamente en el espíritu de Rey y de Kylo. Es muy noble querer evitar la muerte de las personas, pero lo podemos hacer por vanidad personal, o porque amamos verdaderamente a las personas como Dios las ama. Cuando Rey, por otro lado, adopta para sí misma el apellido de Skywalker, en ese momento final y sublime de la película, está redimiendo el pasado de un linaje familiar caracterizado por desgracias y fracasos una generación tras otra. En Rey, no obstante, se cumple algo que no se había dado en el pasado, fruto de esa relación y continuidad entre la vieja y la nueva generación. Entonces ella es la que empuña la Espada dorada, y el oro en la Biblia representa la santidad, la realización final de todos los que están en el proceso de santificación.  



   
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6 comentarios:

  1. Interesante. En cierto modo, Satanás ha matado a cada uno de nuestros padres, con tanto ateísmo, tanta incultura y barbarie posmoderna. Destruir la tradición cristiana occidental nos ha llevado a eso, a acudir a los brazos de Satanás como remedio al vacío.

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  2. El mal no es la persona, pero la persona es la que hace el mal. Entiendo que lo que debemos hacer es amar y respetar a todas las personas independientemente de su forma de ser, ideología, incluso cuando se equivocan. Pero en caso de maltratos o terrorismo es difícil separar las dos cosas.

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  3. El remedio satánico lo muestra la película..comodidades, prestigio, poder. Y luego están las religiones del mundo. Principalmente la new age

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  4. Es impactante la idea de amar a los mismos demonios. Tengo una pregunta, ¿se puede amar a la maldad personificada?. A nivel de seres humanos se puede hacer porque en todas las personas, por muy viles que sean, se pueden ver aspectos positivos. Pero yo a los demonios no los veo, no puedo calibrar sus gestos, su físico, sus actitudes... ¿a qué puedo agarrarme?.

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    1. Agarrémonos a Cristo. Él expulsaba demonios sin sombra de odio, su motivación era liberar a las personas y luchar contra el sufrimiento humano. Él tenía autoridad sobre los demonios, pero no tenía odio. Por otro lado, pienso que en cierto modo los demonios son nuestros "hermanos", porque con ellos, al contrario de la gran mayoría de personas con las que nos relacionamos día a día, compartimos la creencia en Cristo como ungido de Dios. Los demonios estuvieron en el Cielo y contemplaron la gloria del Señor, al Padre y al Hijo, algo que nosotros no hemos podido ver. Así que un demonio es como un hermano traidor, pero hay que amarlo. Pensemos en los demonios como creyentes de carne y hueso, solo que no podemos verlos directamente. Viéndolo así ya entra a formar parte de lo cotidiano y real.

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