En la película 28 semanas después podemos ver, a base de fotografía y acción hiperrealistas, uno de los escenarios más horrendos que la imaginación pueda concebir. Pero de entre todas las horroríficas secuencias o situaciones planteadas, vamos a detenernos un momento en la que posiblemente sea la más dolorosa de todas y la más cercana. Es aquella en la cual un hombre y una mujer, casados y con hijos, se reencuentran en la cámara de un hospital y se dan un beso. Ella es portadora de un virus letal, aunque inmune, y el hombre carece de esa inmunidad. Se convierte en una secuencia angustiosa porque el espectador sabe la catástrofe que sucederá en cuestión de pocos segundos. Esa forma de mezclar o solapar lo bello con lo terriblemente macabro nos recuerda a la situación real vivida en este pandemonium del covid-19, donde abrazar o besar a nuestros seres queridos puede esconder una tragedia futura.
Para muchos, la ciencia-ficción, la fantasía y el terror son géneros de evasión o divertimento. Aquí vamos a considerar, sin pretender obligar o inducir a nadie a comulgar con ello, esa otra perspectiva que dice que la fantasía y el terror sirven para ampliar nuestra vivencia y percepción del mundo, y hacerlo desde el pasado, pasando por el presente y mirando hacia el futuro. En pocas palabras: el cine de terror hay que tomárselo muy en serio, como "lectura" sobre la sociedad de la que formamos parte, como enseñanza acerca de los seres espirituales que nos acechan desde el mundo invisible, y como vivencia religiosa en cuanto a que nos remite a la guerra espiritual contra el mal. Por otro lado, el cine de terror presenta dos problemas también muy serios. El primero, hollywood ha representado a Satanás y a sus huestes con unos atributos de poder y capacidad de destruir que no tienen en realidad. En las películas el poder del mal está sobredimensionado, y ello en cierta forma supone rendir culto y pleitesía a Satanás. El segundo problema tiene que ver con los trastornos mentales provocados por un consumo excesivo, o incluso, como advierten muchas personas desde el entorno de las iglesias, la posibilidad de sufrir algún tipo de influencia o posesión demoniaca cuando una persona no consagrada a Cristo, o con escasa o nula formación espiritual, se expone a las imágenes de una película de terror ( en este cineforum ya hemos apuntado que los espíritus malignos se alimentan de emociones como el miedo ). Es decir, Satanás no tiene tanto poder como a veces se le supone, pero si vamos por la vida sin el filtro de la armadura de Dios podemos caer fácilmente.
"Nunca imaginé que viviriamos algo como esto". ¿ A cuántas personas se lo habéis oído decir desde que empezó la pandemia ?. Son muchas, y es lógico, son personas rotas por dentro y son las que más sufren a nivel psicológico. Sin embargo, las personas que hubieran atendido al género del terror y la fantasía como una forma de ampliar su percepción del mundo y de las realidades latentes, han llegado a la pandemia mentalmente mejor preparadas. Es como una "terapia de choque" en la cual el posible miedo a un futuro apocalipsis zombi se ve atenuado por ejercitar la imaginación a través del cine fantástico, donde la persona imagina una situación, va familiarizándose con esa situación, y va desarrollando una disposición mental para recibirla en la realidad por mucho que, como suele decirse, la realidad supere a la ficción y a nosotros mismos. Por supuesto, al margen de si vamos a tener que vivir o no una catástrofe zombi, lo importante es la comunión con Dios, aunque la imaginación entrenada con películas de terror y el fortalecimiento mental producido ante situaciones extremas también es interesante de ver.
La pandemia nos ha roto la vida a todos, estuvieramos mas o menos preparados. Y sí, el cine ejercita la imaginación y puede ayudar a crear actitudes de supervivencia ante situaciones extremas, especialmente todo el cine de catastrofes, no solo el terror.
ResponderEliminarsomos la generación que ha crecido entre algodones sin conocer ni la guerra ni el hambre, y ahora que vienen las malas no tenemos otra que recurrir a peliculas de terror, de guerra, de hambres y pestilencias como una forma de adaptación a lo que viene. Es comprensible, pero si está profetizado en la biblia y Dios nos invita a tener calma quizas todo esto sobra, es una forma de estresarse y crear un estado emergencia ante cosas que pueden ocurrir o no, solo Dios lo sabe.
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