De entre todos los aspectos que merecería resaltar de la película El exorcista destaca su carácter profético, por cuanto nos estaba hablando en 1973 de la situación mundial en la actualidad, en pleno año 2022. Pero antes que nada, repasemos las palabras con las que Merrin advierte y previene a Damien Karras en los instantes previos al ritual del exorcismo:
"Es especialmente importante evitar todo diálogo con el demonio. Podemos preguntar lo necesario, pero todo lo demás es arriesgado. El demonio es un mentiroso, mentirá para confundirnos, mezclará mentiras con verdades para atacarnos. Su ataque es psicológico, Damien, y muy fuerte. Así que no escuche. Recuérdelo, no escuche."
La Palabra de Dios describe al adversario de Dios y de los hombres como el gran engañador, maestro absoluto en manipulación, apariencias, tentador y conocedor de allí donde más le duele a cada alma y a cada sistema de vida colectivo. Un observador imparcial en seguida se da cuenta del ataque psicológico a la población mundial que está teniendo lugar desde que empezó la pandemia en 2020, y sin la cual este cineforum nunca habría existido, porque nunca antes la realidad ha tomado una configuración tan diabólica como desde entonces ( al menos para todos los nacidos en tiempos posteriores a las grandes guerras del siglo XX ). Por tanto, esas palabras de Merrin, desde la situación micro de una ficción cinematográfica que muestra los ataques satánicos a la familia de Regan y a los sacerdotes, están describiendo nuestra situación actual a nivel colectivo y macrodemonológico, donde apenas ha terminado, y con escasas esperanzas de que alguna vez termine de verdad la pandemia, ya han bombardeado a la población con amenazas de guerra mundial y holocausto nuclear. Tanto la Biblia como el espíritu de profecía le atribuyen a Satanás el poder de la tormenta y de los grandes trastornos climáticos, poder para contaminar el aire con virus y bacterias, provocar terremotos y azuzar los fuegos de la guerra destructiva. Pero todo ello forma parte de la estrategia de la guerra psicológica contra la población para alcanzar determinados objetivos, y somos testigos de ello, está pasando, y este cineforum no tendría ningún sentido si no es para tomar plena conciencia de ello.
No escuchar ni dialogar con el demonio, de eso se trata. No pretender averiguar donde está la verdad en un mar de noticias confusas, barbaridades y contradicciones que nos llegan todos los días desde los satánicos medios de comunicación, y ahí entran tanto los medios oficiales y mayoritarios como los minoritarios o supuestamente libres o independientes, pues esos medios de comunicación forman parte de la voz de Satanás en el mundo. Mirar solo a Cristo y a su palabra, porque ahí está la única guía segura. Y lo único que se sabe de cierto es que Satanás está detrás de todo, y quiere su objetivo, y su objetivo es destruir. Fuera de ese margen de certezas, nunca sabrás quién te está diciendo la verdad respecto a tantas preguntas sobre cuestiones de salud, política, manipulación, clima o religión. No escuchar ni dialogar con el demonio.
Los demonios están tratando de moldear a la población mundial de cara al futuro - o ya presente - gobierno mundial de carácter totalitario. Satanás quiere usurpar el trono de Dios en la tierra, y Dios es tan misericordioso y justo que le va a dar su minuto de gloria, precisamente porque Cristo no es un dictador totalitario. Entonces, la pregunta que nos surge es, como individuos, qué podemos hacer para encontrar la libertad y no ser arrastrados por esa marea mundial, cómo permanecer fieles a la verdad y ser peregrinos en el territorio dominado por la serpiente. La Palabra dice: "...expulsad demonios, curad enfermos, predicad el evangelio...". Y desde aquí ya enlazaremos con la parábola de la langosta buena que vemos en Exorcist II: The heretic.
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